Una duda: ¿sería usted capaz, querido lector, de explicar de viva voz a un hipotético contertulio lo que pasa con el Palacio de Congresos? Imagine ... que está usted tomando una caña en alguno de los bares aledaños al recinto y alguien le pregunta por el consorcio y la concesionaria encargados de regir su destino. ¿Sabría qué decirle?
Yo pensaba que sí. Más o menos. Pero entonces habló Paco Cuenca y me dejó descolocado. Me quedé dudoso-perplejo cuando el alcalde, que también es el presidente del consorcio, le preguntaba a Juanma Moreno por el interlocutor del Gobierno andaluz encargado de los asuntos del Palacio, que como ustedes habrán colegido, van bien despacio.
De las informaciones publicadas estos días se deduce que, una vez más, hay un agravio comparativo en el que Granada –¡quién lo iba a decir!– sale perdiendo. Resumámoslo en que el Palacio de Congresos de Córdoba o Isla Mágica han recibido un trato más favorable que el nuestro por parte de la Junta de Andalucía.
Eso sí, lo de una auditoría encargada por el equipo de gobierno de Luis Salvador que aconsejaba no hacer nada y que mejor estarse quietecicos, deberían explicarlo mejor, que ahí sí me pierdo.
El Ayuntamiento de Granada y la Junta de Andalucía forman parte del consorcio que está a la gresca con la concesionaria. Tan a la gresca que Rogelio Velasco, el consejero de Transformación Económica, Industria, Conocimiento y Universidades, amaga con tomar una drástica decisión que abocaría a un cierre temporal más o menos largo del Palacio, algo que se antoja una temeridad y una insensatez.
A ver qué pasa con el nuevo Gobierno andaluz y a quién le toca lidiar con este morlaco, pero ya les vale a unos y a otros la que tienen armada. Una muestra más de que todo es (im)posible en Granada.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión