Claqueta
La Carrera ·
Asomados a los placeres de la novela y el cine jurídico repasamos desde 'Doce hombres sin piedad' a 'Matar a un ruiseñor', pasando por 'El nombre de la rosa'José Ángel Marín
Jaén
Lunes, 31 de agosto 2020, 23:55
Septiembre empieza con ese regustillo anómalo que provoca el sentirse dentro de una distopía. Reconozcamos que tiene lo suyo esto de formar parte –a la ... fuerza– del reparto de una película dirigida por Ridley Scott con guion de J. Carpenter. Bueno, la cosa tendría un pase si el artífice del evento fuera alguno de estos dos cineastas o de algún otro ante el que me quito el sombrero. Pero no, me temo que son otros –y más lerdos- los que manejan la claqueta de este rollo cotidiano protagonizado por el coronavirus y sus efectos.
Es de otra claqueta de la que hoy quisiera hablar, de ese artilugio empleado en cine y video que ayuda a la sincronía de imagen y sonido, que todos hemos visto aunque sea de pasada, que se usa para identificar la escena o toma que se está rodando, y que me sirvió de inspiración para la charla que trasladé a los asistentes al Curso sobre 'Novela y cine histórico' celebrado en Baeza, en la sede 'Antonio Machado' de la Universidad Internacional de Andalucía (UNIA), del 24 al 27 de agosto pasado.
Como en la edición anterior, el Curso lo dirigió el escritor y antropólogo Emilio Lara, y, claro, con un timonel atinado como él cabe reflexionar sobre asuntos de interés literario e histórico. En esta oportunidad quiso Emilio que indagáramos sobre los vínculos entre novela y cine históricos a través de las narraciones que han sido llevadas a la gran pantalla o convertidas en series televisivas.
No es fácil reunir un elenco de ponentes como Juan Eslava, Luz Gabás, Mari Pau Domínguez, Antonio Pérez Henares, Augusto Ferrer-Dalmau, Ignacio del Valle, Oriol Ferrer, Jesús Maeso, César Cervera, y entre los que tuve el honor de encontrarme, para analizar la influencia recíproca entre cine y literatura.
Resultó gratificante desvelar el nexo entre los textos de los novelistas cuyas obras han sido trasladadas a la pantalla o cuya escritura está influida por el lenguaje cinematográfico, con la labor de cineastas que han dirigido exitosas series de contenido histórico y la repercusión de la narrativa y el cine histórico en la sociedad y cultura actuales.
Por mi parte incidí en la conexión entre cine jurídico e histórico partiendo del valor intrínseco que, desde mi punto de vista, tiene la novela histórica que de verdad lo es. Es decir, aquella que permite aprender del pasado, quizá descubrir nuestra génesis e identidad, nuestra razón de ser, y percatarnos de otras realidades que se nos mantenían ocultas, al tiempo que construye un relato pleno de emociones y entretenimiento. Asomados a los placeres de la novela y el cine jurídico repasamos desde 'Doce hombres sin piedad' a 'Matar a un ruiseñor', pasando por 'El nombre de la rosa'.
En fin, como dijo Claudio Abbado cuando se estableció en Berlín para dirigir la filarmónica de esa ciudad: 'no es la riqueza la que genera cultura, sino la cultura la que engendra riqueza'. Y creo que exactamente eso es lo que ocurre en Baeza y su comarca con cursos así.
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