Ciencia

De modo que a la ciencia le viene bien la publicidad: que se aireen sus hallazgos. Para que se conozcan los avances científicos. En ocasiones, la verificación se produce mucho tiempo después, como ocurre con las intuiciones de grandes hombres de ciencia. Adelantados cuyos nombres están en la mente de todos.

De ahí la importancia de lo que ocurrió anoche en Almería. No es que fuera solo en Almería, pero a nosotros nos interesa lo próximo. Y es que anoche se celebró en nuestra ciudad la 'Noche Europea de los Investigadores'. En condiciones no habituales –tendremos que ir acostumbrándonos a ello–, mucha gente se puso de acuerdo para promover el acercamiento a la ciencia. Como es natural, abundaron en este grupo de investigadores los que se sitúan en instituciones propias de esa área; en este caso, en nuestra universidad. Y es muy bueno que pueda ser así, porque durante muchos años, la gente de aquí tenía que irse a otros lugares para acceder a ese tercer nivel de estudios. De ahí el regocijo del recordado Julio Alfredo Egea –uno más en este éxodo– cuando se anunció la puesta en marcha de la Universidad de Almería.

Tiene, además, este evento una intencionalidad plausible en sí misma: demostrar lo que la investigación y la innovación ayudan en nuestra vida cotidiana. Y, si como es el caso, se hace de una forma lúdica y relajada, mejor que mejor. Por otra parte, se trata en 'empicar' a los más jóvenes a embarcarse en los procedimientos científicos. Algo que asegura un futuro más próspero para la sociedad en general. Porque no cabe duda de que, con 'adicciones' así, nuestra juventud constituirá en su momento una población madura al servicio de los demás. Lo que no quiere decir que el caminar en la investigación sea una actividad segura ni altamente considerada. Por desgracia, muchas búsquedas resultan infructuosas. Por otra parte, no es una ocupación ni para ganar dinero ni para adquirir brillo social; para eso, hay que dedicarse a otras cosas.

Por eso debemos felicitarnos todos y dar las gracias a nuestra universidad por haberse implicado en este movimiento, creando un vicerrectorado de investigación a cargo del profesor Diego Valera, promotor del encuentro. Eso sí: habrá que adaptarse a las circunstancias. Ya vendrán tiempos mejores, en los que el contacto humano hará que las tareas sean de nuevo un lugar de encuentro personal. Ojalá sea pronto.