Chatarra
Puerta Purchena ·
Otra imagen que yo tengo de la chatarra es, cuando en algún viaje, paso por delante de un montonazo de hierros oxidados apilados tras una tapiaPor supuesto que, en el concepto chatarra, también entran los coches que van al desguace, pero yo voy a centrarme en aquella que procede de ... la mucha que se abandona en las calles. A tal efecto, es frecuente ver a alguien empujando un carro de supermercado conteniendo objetos diversos recogidos de los contenedores o de la misma calle. En algunos casos, estos 'conductores' se las ingenian para construir arrastres artesanos compuestos por bicicletas adaptadas y carros similares a los de tracción animal. Por poner un ejemplo. Por otro lado, grande es la variedad de desechos transportados. Yo he visto, por supuesto, viejos televisores. Pero también trozos de ventiladores, cables, planchas de vapor y otras mil cosas.
¿A dónde van todos esos cachivaches? Pues a algún lugar fuera de las ciudades donde los objetos son convenientemente clasificados y colocados en el lugar que les corresponde. Lo que yo no sabía –la verdad es que me sorprende mucho– es que el dinero por el que se intercambian estas cosas puede variar de un momento a otro. Por la información de Nerea Escámez –su trabajo es el que me ha servido de referencia para este comentario–, he sabido que aquí los 'valores' oscilan como en la Bolsa. Mucho me temo que, de estos cambios en la cotización, no son los de los carros los que sacan beneficios. Y es que supongo –quizás sea mucho suponer– que esas personas desaliñadas que hacen kilómetros aliviando los contenedores de objetos en desuso no están para esperar el momento más propicio para hacer valer el producto de su recogida callejera.
Otra imagen que yo tengo de la chatarra es, cuando en algún viaje, paso por delante de un montonazo de hierros oxidados apilados tras una tapia. Los recuerdo por la zona de Madrid preferentemente. Siempre me pregunto para qué puede servir todo ese material en tan aparente mal estado de conservación. Según el reportaje de Nerea, yo ando más que despistado, porque de todo ese material 'inútil', en 1919, en España se generaron veinte millones de toneladas de acero, entre otros materiales. Y, claro, tras el consiguiente proceso de transformación, se generan pingües beneficios. Vea usted si no: en España este mercado mueve cerca de diez mil millones de euros (un uno por ciento del producto interior bruto). No está mal otro dato: la tonelada de cobre alcanza los seis mil euros.
Pero ya no es el dinero el único elemento a considerar; hay que hablar también de empleo: en España este sector ha creado treinta y tres mil puestos de trabajo directos.
Otra cosa sorprendente es la relación que todo este negocio tiene con China. También aquí están presentes los chinos. Y es que resulta que China apenas genera residuos, lo que está repercutiendo en que los precios en este mercado estén por las nubes. Por cierto, ¿qué harán en China con los cacharros que se estropean? Quizás canalizan mejor el reciclaje doméstico.
Por lo que respecta a Almería, no hay muchos negocios de este tipo en comparación con otros lugares: algo más de diez en toda la provincia, uno de ellos con más de cincuenta años de experiencia. Eso sí: aquí hay una gran variedad de objetos. Lo que ha sugerido la expresión de que Almería es el Disneyland de la chatarra. O sea, que también en esto somos diferentes.
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