¿Caos regenerador?
Puerta Real ·
No se ve que desde esta vorágine/vodevil puedan desprenderse muchas bonanzasManuel Montero
Viernes, 27 de noviembre 2020, 01:17
Dicen que las democracias tienden al aburrimiento, pero la nuestra prefiere los sobresaltos. No hay semana sin susto/s. Por cualquier vía: el gobierno de ... coalición presenta unos presupuestos y uno de sus miembros monta otra coalición para enmendarlos; el vicepresidente de gobierno se va Bolivia en viaje oficial y firma un pacto que contraviene la política exterior del gobierno; el gobierno cuenta con Bildu para aprobar los presupuestos y de pronto dice que pacto pacto no hay; pero otra voz gubernamental asegura que quienes apoyaban a los terroristas se incorporan a la gestión del Estado, ocasión que aprovechan en Bildu para asegurar que así buscan «tumbar definitivamente el régimen»; aprueban una ley y una parte del Congreso aplaude desaforada mientras la otra grita libertad: como niños. Sesión continua.
Esto va rápido, pero no sabemos hacia dónde. Se diría que desde el gobierno tampoco saben: sobreactúan sobrecogedoramente.
En este camarote de los hermanos Marx todo da en opereta, salvo cuando habla el presidente desde su universo paralelo –vive en un paraíso–, y cuenta la supervacunación de todos desde enero y te lo imaginas en la Puerta del Sol tras las campanadas de Nochevieja, jeringuilla en mano poniendo inyecciones a los ciudadanos, formados en cola. En el país de las Maravillas cabe cualquier dicha: hace unos meses anunció que en diciembre tendríamos dos vacunas, dos. A ver si ahora acierta.
En el mundo real, las cosas van más a ras de suelo. El vecindario, algo escéptico, acoge resignado la noticia de que el cohete que mandábamos al espacio se descuajeringa en ocho minutos, eso le pasa a cualquiera, pero perplejo al saber que no lo habían asegurado, lo que no debería pasarle a nadie que invierte un pastón en una operación de riesgo. Y sigue la fiesta.
El suceso representa bien nuestro síndrome de irresponsabilidad. No hay semana en la que no pase algo incomprensible: el intento gubernamental de cepillarse la independencia judicial, los tejemanejes con Delcy la venezolana, improvisaciones sobre los inmigrantes en Canarias, alguna iniciativa rara del ministerio de Igualdad, que en plena quiebra proclama en un informe que el color rosa «oprime y reprime» a las niñas…
Un sinvivir.
A lo mejor en la siguiente vuelta de tuerca algún miembro del gobierno arremete de lunes a viernes contra la monarquía. Luego, el finde, tras declaraciones anticapitalistas, una secretaria de Estado podemita puede emprenderla contra Margarita Robles, ministra, como estos días. Mientras, como de costumbre, Echenique despotricará contra la extrema derecha, que en su concepto deben de ser todos los sorprendidos por este sainete.
Todo es tan rápido y disparatado que resulta intrigante. ¿Creen que regenerarán algo con este caos?
No se ve que desde esta vorágine/vodevil puedan desprenderse muchas bonanzas. Ahora bien: si pones una docena de elefantes en una cristalería y les provocas movimientos erráticos no es improbable que se carguen un vaso, la vajilla y la propia cristalería. Hazte luego el sorprendido y di yo no quería. Los votos premian la inocencia.
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