Todo ha cambiado
Puerta Purchena ·
Juan Espadas no solo ha perdido las elecciones que Susana Díaz ganó en 2018, sino que ha tenido menos apoyos y, lo que es peor, ha pintado de azul una comunidad que hasta no hace tanto el color que predominaba era el rojoHace justamente una semana teníamos una cita con las urnas y desde el momento de cerrar los colegios electorales ya nada es como antes. El ... mundo parece que haya cambiado. Aquel domingo, hace solamente una semana, sufríamos una ola de calor que nos hizo sudar como no recordábamos y asustarnos como nunca porque, si alguien aún lo dudaba, vimos que eso del cambio climático está más cerca de ser una realidad que de la percepción esa que tenía el primo aquel. La ola de calor pasó a la espera de la próxima y esta semana que ahora termina hemos podido dormir y disfrutar de una tardía primavera como dios manda, si es que dios también manda en esto.
Pero volviendo a la jornada electoral, el domingo todo saltó por los aires. Ya se han hecho todas las interpretaciones y análisis políticos en todas las claves; nacional, autonómica y clave local. Lo que sí es un hecho es que Juanma Moreno arrasó y consiguió una mayoría absoluta que ya habíamos olvidado qué era eso. El presidente podrá gobernar con la tranquilidad y la confianza que da el saber que nadie te va a poner piedras en el camino, pero para eso es imprescindible la responsabilidad para gobernar bien y para todos. Eso, como el valor en la mili, se le supone y solo espero que lo haga bien y que en estos próximos cuatro años tenga el suficiente acierto para colocar esta región donde se merece y, por lo que nos toca, terminar con muchas injusticias que se han perpetrado en esta provincia. Así pues, el PP va a tener una travesía tranquila.
Quienes sí deben reflexionar son el resto de partidos que concurrieron a estas elecciones y que todos ellos han perdido y mucho. De Por Andalucía y Adelante Andalucía poco se puede decir porque la cerrazón a unirse sin condiciones les ha llevado a hacer el ridículo y a perder apoyos ciudadanos sin precedentes. Nada más. Ellos solo han cavado su fosa de la que va a ser muy complicado salir.
Si alguien pensó que la lucha entre su susanistas y sanchistas no iba a tener su incidencia entre el electorado se equivocó. Y si no se pone remedio se volverá a equivocar de cara a unas elecciones municipales que, vale que no se debe extrapolar los resultados de estas elecciones sobre las locales, pero que alguna incidencia, no me cabe duda, va a tener. El destrozo que los socialistas, en esta provincia y fuera de ella, han realizado es lamentable y, claro está, se tenía que reflejar en las urnas como así ha sido. Y no solo por cerrar el paso a Vox sino porque nadie se encuentra cómodo viendo cómo los miembros y cargos orgánicos de un mismo partido se enfrentan como si nada los uniera. En clave regional Juan Espadas no solo ha perdido las elecciones que Susana Díaz ganó en 2018, sino que ha tenido menos apoyos y, lo que es peor para los intereses socialistas, ha pintado de azul una comunidad que hasta no hace tanto el color que predominaba era el rojo. Que tomen nota en Almería porque las heridas no se cierran con el cambio en la dirección sino que un paso para curarlas es transmitir que todos trabajan sin fisuras por un proyecto común en lugar de parecer que están eternamente enfrentados unos con otros. Eso sí, siempre que haya un proyecto de futuro.
Peor lo tienen en Vox que iban a arrasar e iban a pasar a la historia como los salvadores de Andalucía. El único argumento que les ha quedado ante la aplastante victoria del PP es que han contribuido a que el PSOE se hunda y con él Pedro Sánchez. Error tras error porque los ciudadanos que dejaron de votar a Vox por la prepotencia de una candidata que ha mostrado unas maneras de hacer las cosas que no encajan se han dado cuenta de que Vox llegó a estas elecciones con la cabeza puesta en Madrid y no en Andalucía que parece no importarles demasiado. Pero esos andaluces a los que OIona, Abascal y demás camarilla los trataron como menores de edad se dieron cuenta y les dieron la espalda. Porque no solo son las formas, la chulería y el comulgar con ruedas de molino, es que fruto de esa actitud se vierten mensajes sin medir su repercusión. Rechazar y repudiar la inmigración en lugares como el Poniente demuestra ser muy poco inteligente y desconocer la realidad. Son muchos los que llegaron a Almería en patera y se quedaron aquí y aquí hicieron su vida y formaron sus familias a las que dieron un futuro. Y además votan porque tienen los mismos derechos que el resto. A estas alturas el mensaje del miedo es ridículo. Desconocer que la economía de la comarca y de esta provincia habría sido muy diferente sin esos inmigrantes es no tener ni idea de lo que ha sido y es Almería. Por eso tampoco extraña esa falta de respeto de los tres parlamentarios electos de la formación ultraderechista por Almería que hasta el momento aún no han valorado los resultados electorales.
Y de Ciudadanos poco queda por decir. Lo que no se preveía era el descalabro tan absoluto cosechado el domingo que ha llevado a la desaparición de la formación del Parlamento. Por lo menos se han marchado con elegancia y dando la cara.
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