Brecha salarial

El último dislate de la consejera de Igualdad ha sido negar que existe brecha de género en Andalucía. Lo niega, dijo, porque no existen evidencias científicas. Lo que, quizá, quiso decir la consejera es que ella no ha leído ninguno de los informes que existen al respecto puesto que no tiene absoluto interés en el asunto; y esto, preocupa. Informes de la Unión Europea, del propio Gobierno andaluz, de sindicatos, colectivos feministas... existen múltiples informes que constatan la existencia de brecha de género en Andalucía. Otra cosa es que a la consejera no le haya afectado en la vida. A mí, dos veces a lo largo de mi vida. Y como yo, otras tantas.

Según el informe autonómico sobre brecha salarial, existe un 18,8% de diferencia entre lo que cobra un hombre a lo que percibe como salario una mujer por el mismo empleo, en las mismas condiciones. Según este informe, la rama de actividad en la que las diferencias retributivas entre hombres y mujeres son más elevadas en Andalucía es la relativa a entidades financieras y aseguradoras, en la que los hombres ganan 12.572 euros más que las mujeres, y con diferencias salariales menores pero también muy significativas, la Industria (7.617 euros de ganancia bruta anual menos para las mujeres), Información y comunicaciones (6.962 euros de diferencia) y comercio, reparaciones y transportes (5.832 euros de diferencia salarial).

Ignoro si las Matemáticas se consideran 'ciencia' en el universo de la consejera Ruiz pero, desde luego, lo que no puede hacer -no se le puede permitir hacer- es negar lo evidente que, para eso, ya están sus compañeros de la ultra derecha que son quienes, realmente, manejan la conciencia de la representante andaluza para cuya desgracia colectiva ostenta el cargo de consejera de Igualdad. Después de sus desafortunadas palabras trató de recular y dijo que existía, pero nunca en la administración pública.

Esta verónica torera de la consejera le puede provocar una hernia teniendo en cuenta que, según el informe de impacto de género en Andalucía, en el caso de la administración pública, la brecha salarial es producto de la denominada discriminación indirecta, reflejo de la segregación ocupacional, principalmente vertical, y la menor disponibilidad de las mujeres para cierto tipo de empleo remunerado debido a su mayor carga de cuidados.

Que la consejera entienda y asimile todos estos conceptos es pedir demasiado a una representante y a un gobierno que tiene una buena brecha, pero en la cabeza, de la pedrada que les ha atizado Vox.