Ayer por la tarde, las actividades de Granada Noir se celebraron en el espacio efímero situado en el Humilladero, junto a la fuente de las ... Granadas. A lo largo de un mes ha habido allí múltiples actividades del festival TAC! en las que el propio espacio desempeñaba un papel relevante.
¿Le ha gustado a usted esa especie de pirámide raruna y truncada? Yo he oído un poco de todo, desde el «no está mal» al «menudo mojón», pasando por apelativos como interesante, curioso, singular… Tampoco es tan extraño. Cuando se levantó la Torre Eiffel —y no estoy haciendo comparación alguna— infinidad de parisinos se echaron las manos a la cabeza, por decirlo suavemente. O los impresionistas aquellos, emborronando lienzos con sus pinturicas…
«El pabellón AIRE, construido a partir del imaginario de lo efímero, lo frágil e inmaterial, hace alusión a uno de los elementos más esenciales e intangibles de la arquitectura. Una imagen que refleja la condición de lo inacabado o de una arquitectura a medio hacer», explica la web del Festival de Arquitectura Urbana.
A mí me ha gustado, más allá de la estética de tipi indio tan de western. Y me ha hecho ilusión organizar allí una velada de encuentro, conversación, música y libros; un domingo cualquiera. Me gusta lo diferente y original. Me encanta que pasen cosas en sitios y lugares en los que habitualmente no pasa nada. Me gusta que la calle se altere y que, durante un mes, un espacio emblemático de Granada que solo es de paso haya concitado actividades culturales y científicas muy diversas.
Es como lo del Jardín Cervezas Alhambra en el Palacio de los Gomérez, otro espacio efímero que abrió sus puertas con fecha de cierre y que, durante unas semanas, se transformó en el lugar donde había que estar. Allí tuvimos una sesión de nuestro Club de Lectura de Adictos al Crimen que ya queda para el recuerdo.
Es lo que tienen esos espacios nacidos para desaparecer. Todo lo que pasa en ellos se queda más y mejor grabado en la memoria, paradójicamente.
Ahora que nos hemos hecho muy de Heráclito y los conceptos de fluir y fluido están tan de moda, —¡que fluya, que fluya!— reivindiquemos esos procesos de transformación con fecha de caducidad que nos permiten salir de los caminos más trillados y andar por otras sendas durante un tiempo, cambiando los paisajes habituales por otros nuevos.
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