El PP barre en Andalucía

Ciudadanos ha desaparecido. Juan Marín, el más entusiasta defensor de Juanma Moreno, se ha autoinmolado. Su eliminación, la contención de Vox, y el voto de algunos socialistas han permitido al PP lograr once escaños más que votos obtenidos, por la magnanimidad de la ley D'Hondt con las mayorías.

Vox, que en las generales de 2019 obtuvo el 20% de los votos, ha logrado el 13'46%, y 14 diputados. El carácter histriónico de su candidata, y su radicalidad, han asustado al electorado. Su ausencia en el Gobierno, es la mejor noticia.

La izquierda ha naufragado. El PSOE ha obtenido 30 diputados (tres menos), y el 24% de los votos (883.000). Ha perdido 130.000 votos. Este partido ha estado ausente en el Parlamento, por la lucha interna para conseguir la secretaría general mediante elecciones primarias. Espadas lleva solo once meses al frente del socialismo andaluz, pero solo en los últimos siete está haciendo campaña. Ya era tarde. Quedaba poco tiempo y era un desconocido. Su estrategia de asustar con la presencia de Vox en el Gobierno fue errada: los votantes optaron por reforzar el PP, para que eso no ocurriera.

A la izquierda del PSOE, la deba-cle ha sido mayor: han logrado siete diputados (cinco, Por Andalucía; y dos, Adelante Andalucía). La historia de estas dos formaciones es de enfrentamientos permanentes, iniciados en 2020 (echaron del grupo a Teresa Rodríguez), y ha continuado después en la formación de dos listas. Han perdido diez escaños. Teniendo un número de votos muy similar a Vox, éstos logran 14, y ellos siete, la mitad, por ir separados.

Algunas consideraciones:

1.-El triunfo aplastante de Moreno Bonilla, representa la victoria de la moderación, frente a la política que practica Ayuso respecto a la extrema derecha. Se puede parar a Vox, sin parecerse a Vox.

2.-Ahora, con mayoría absoluta, el Gobierno debe ser humilde, respetar a las minorías, y atender los retos pendientes: desigualdad; bolsas de pobreza; paro; carencias educativas, sanitarias y asistenciales; demoras en la dependencia… El presidente de la Junta ha de serlo de todos, pero, más aún, de los necesitados: eso engrandece la política.

3.-La oposición, sobre todo su líder, Juan Espadas, debe ser honesta y responsable. Crítica con el Gobierno, pero colaboradora con proyectos y normas que engrandezcan Andalucía y a su gente.

4.-Las relaciones del gobierno andaluz con el gobierno de la nación deben ser de exigencia y mutuo respeto. El Gobierno de Madrid tiene que otorgarle a Andalucía la financiación adecuada, tras muchos años infravalorada, y al Gobierno de la Junta le corresponde ser leal a las instituciones del Estado. El mismo respeto y lealtad que nosotros los ciudadanos debemos al Parlamento y al gobierno andaluz, salidos de las urnas. Ellos, a su vez, deben ser fieles acreedores a dicho respeto.