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Cuando atardezca

ANDRÉS BOTELLA GIMÉNEZ

Martes, 16 de julio 2019, 02:16

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Afortunadamente, el tiempo transcurre; y viene el maravilloso atardecer de la vida, que presagia el triunfo del Amor: ¡Con qué brevedad, Dios mío, la vida ... del hombre pasa, sedienta de lo infinito, como las olas marinas corren a besar la playa, muriendo cuando la alcanzan! Y coronadas de espuma (de Caridad aquejadas), rompen con eternidad la limitación que acaba, esa calma sin calmar que alienta nuestra esperanza. Dijeron algunos que «declinaba la jornada, junto al muelle del puerto, sin pesca, ni ganancia». Pero... ¡qué sorpresa al escuchar la invitación del Patrón que, dispuesto a zarpar, les enrolaba: «pescaremos de noche para volver de madrugada». Adiós al gesto cansado. En esta undécima hora, no recojáis equipaje y desatad las amarras. Saltad deprisa a cubierta, que la faena os aguarda.

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