¿El Nobel para Trump?
Armando Segura
Domingo, 17 de agosto 2025, 23:06
El presidente Trump ha propiciado varios acuerdos de paz, alguno de ellos de especial importancia económica y estratégica. El último, entre Armenia Y Azerbaiyán, acabando ... con décadas de conflicto. Cierto que, a pesar del entusiasmo, el acuerdo firmado en la Casa Blanca es más bien una confirmación de la victoria de Azerbaiyán en la última guerra y el establecimiento de un corredor de 40 Kms que abre paso desde Bakú a Turquía de gran transcendencia económica.
Es un signo también de la pérdida de influencia rusa. Hasta ahora, Rusia era el árbitro entre ambos países. El acuerdo es muy del agrado de Turquía que a través de Bakú y los oleoductos proyectados, se aproxima aún más a la UE. Este acuerdo ha sido precedido por otros, auspiciados por Trump y que detuvo el peligroso enfrentamiento entre la India y Pakistán, Camboya y Tailandia. Poco antes de estos importantes logros, Estados Unidos e Israel acabaron con el régimen sirio de Bashar al-Asad, y debilitaron mediante bombardeos de 5ª generación a la República islámica de Irán. Todo ello en detrimento del influjo ruso. Quedan, sin duda, las guerras de Ucrania y la masacre de Gaza, que son una mancha en el expediente del presidente Trump. El giro geopolítico ha cambiado el conflicto de Oriente Medio hasta el punto de que el Ejército libanés se apresta a desarmar las milicias de Hizbulá y tomar el control de la frontera con Israel. Esta derivada indica, dada la fragilidad del Líbano, que Trump y sus aliados han dado la vuelta a una penosa situación de muchos años. ¿Merece Trump el Nobel? Depende de cómo valoremos los dos extremos de la pregunta. El Premio Nobel responde a la mala conciencia de su fundador Alfred Nobel, inventor de la nitroglicerina. Se tienen en cuenta para su concesión a grandes científicos y a personalidades que han luchado por los Derechos Humanos y han sufrido por ello. Sajarov, Lech Walesa, fueron nobeles relevantes.
También hay que tener en cuenta las coordenadas ideológicas en las que se mueve la Academia Sueca que los concede y el momento político en el que se solicita. La ideología y la sensibilidad europea ha cambiado mucho desde la caída del Muro. No todos los europeos comparten los valores de su Constitución y su programa. Unos, consideran el aborto un fracaso y otros piensan que es un derecho. Esta disparidad de opiniones no existía cuando se firmó el Tratado de Roma en 1950. Como todos los Tribunales que deben conceder un premio, el más importante del mundo, hay presiones por todos los que pueden sacar partido. Trump está muy ilusionado por la concesión del Premio y cree, sin duda, que se lo merece. Habría algunos pros y contras. Por un lado, su iniciativa en paliar conflictos es plausible. Quedan sin embargo en el aire los dos peores enfrentamientos, Ucrania y Gaza. Si consiguiese antes de Navidad, acabar con los dos, quizá la Academia se lo concediera. Mucha gente de «orden» es partidaria del presidente porque defiende la familia, el orden y la heterosexualidad. Por lo mismo adoran a Putín: ¡Gran paradoja! Eso mismo pensaban de Hitler, las gentes de orden en el período nazi. A los grandes hombres se les perdona todo si salvan el orden. Hay algo que debe ser prioritario cuando se habla de Derechos Humanos: que se ejerzan. No vale sustituir el derecho, por el desprecio al más débil. Donde acaba el Derecho, comienza la guerra.
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