Aprendices del Chapo
Puerta Real ·
Hicieron alusiones a tener una 'pipa' (es decir, una pistola) con un gesto que no daba lugar a dudas, (ya saben, el pulgar hacia arriba y el índice horizontal)María Dolores Fernández Fígares
Granada
Martes, 10 de enero 2023, 22:10
Estábamos en uno de esos autobuses pequeños, era de noche, aunque no demasiado tarde y ya quedaban pocos turistas por las calles, quizá por el ... frío. No había tampoco viajeros en el autobús hasta que se subieron tres chavales, de una edad entre los trece y los dieciséis años, más o menos. Charlaban entre ellos, miraban sus móviles… nada raro.
En la siguiente parada, entraron dos adultos, uno un poco ruidoso y el otro, inestable, se agarraba a los asientos y las barras metálicas. Se notaba que estaban colocados y quizá también borrachos. Saludaron a los chicos y uno de los dos entabló una conversación, quizá pensando que nosotros no los escuchábamos, o no los entendíamos, o sencillamente porque en determinados estados te da lo mismo ocho que ochenta. Se notaba que los conocía y pronto la conversación empezó a girar sobre la producción y venta de droga, para entendernos. Nos quedaba claro que los chicos se dedican a la venta al menudeo, y que por lo menos el padre de uno de ellos también se encarga de producirla, pues se refirió al «invernadero» que tienen. Hicieron alusiones a tener una 'pipa' (es decir, una pistola) con un gesto que no daba lugar a dudas, (ya saben, el pulgar hacia arriba y el índice horizontal) y señaló que se la ha proporcionado su padre. Hablaban de esto con toda normalidad, como el que pone al día sobre cómo le va el negocio de su tienda, o algo así…
No se si le pasa a todo el mundo, pero cuando escucho sin querer una conversación, aunque sea en un lugar público, me siento especialmente incómoda y como era de 'alto voltaje' hice lo posible por no seguir escuchando y además felizmente nos bajamos en seguida del mentado autobús.
Era difícil disociar lo que acabábamos de presenciar de las noticias de los periódicos estos días relativas a la captura de uno de los hijos y heredero tras la muerte de su hermano mayor asesinado, del Chapo Guzmán, un poderoso narco mexicano, y las reacciones de protesta que se han saldado con una treintena de muertos, por ahora. En relación con esta noticia muchas informaciones han narrado el papel que juegan en los cárteles de la droga los hijos de los jefes, con un sistema sucesorio que se parece al que nos cuenta Mario Puzo en 'El Padrino' y otros referentes a la manera de operar de las variadas mafias.
Estas cosas las veíamos en el cine o en los periódicos, procedentes de Sinaloa, en México, o Medellín, en Colombia, y sin embargo, poco a poco, en determinados barrios o pueblos de nuestra provincia para muchos vecinos o educadores está empezando a ser 'normal' la influencia del narcotráfico en muchas conductas de los alumnos: gastos suntuarios exagerados, vehículos de alta gama, por no hablar de los cruentos ajustes de cuentas, cada vez más frecuentes en las noticias de cada día.
Los chicos del autobús al parecer están transitando hacia ese tipo de vida, quizá alguno de ellos pueda estar a la altura de convertirse en sucesor de su padre y jefe. El Chapo está en la cárcel en Estados Unidos y su hijo… quizá consiga zafarse otra vez, como ya hizo.
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