La celebración de la Navidad
En estos días que acaban de pasar, nuestro mundo se ha sumergido en el consumismo que habitualmente nos distrae del verdadero significado de la Navidad que, procedente del latín 'nativitas', significa nacimiento y no se trata, pues, de la celebración de una fecha, sino de un hecho, el que conmemora el nacimiento de Jesucristo que se encarna en un niño
Antonio Ubago
Martes, 9 de enero 2024, 23:25
La celebración generalizada de la Navidad, de un largo tiempo a esta parte, me viene resultando, y creo no exagerar en demasía, cansina, por consumista ' ... in crescendo', tópica en extremo, y prácticamente con pocas muestras de su sentido primigenio. El polo opuesto, sin embargo, se ofrece amplio y progresivo en nuestra ciudad. Orfeones y agrupaciones corales llenan cada vez más templos y salas de sonidos polifónicos pascuales que deleitan y motivan a tantos emocionados asistentes con estos populares o cultos villancicos o las frecuentes representaciones teatrales de distinto tipo cada vez en mayor número. En similar situación parecen encontrarse los belenes tanto en iglesias y parroquias como entidades, organizaciones y domicilios. Se puede conceder, sin embargo, la palma de los desatinos al modo de felicitar estas fiestas, al wasap dichoso que nos ha inundado; es hartiza y agotadora la cantidad de ellos que se ha recibido, miméticos, tópicos, repetitivos o sin sentido por copiar lo que se desconoce, pero que, como penalización, difícil se hará exterminar la plaga.
El más reiterado símbolo de esta celebración, el árbol, representa la vida que entró en el mundo y la estrella de su cima, la que los Reyes Magos siguieron para dar con el paradero del Niño Jesús. En la actualidad de uso creciente, fáciles de adquirir a buen precio, los hace presentes en todos los ambientes. La iluminación de las ciudades, por otra parte, cada vez más intensa y deslumbrante, parece expresar que cuanto más intensa, mayor y de más calidad es la celebración y el gozo de estas expresiones. Pero quizá el ornato que más lejos debiera estar de estas celebraciones que, sin embargo, va conquistando distintos lugares de la ciudad porque, si mal no recuerdo, empezó junto a un centro comercial del extrarradio de la ciudad y que, aunque llamen árboles más semejan horrendos artefactos con forma de supositorios, intensamente iluminados y con todo tipo de zarandajas, que se exhiben en lugares señeros de la ciudad y centros comerciales aledaños; como atractivo especial, sus dimensiones que se publicitan como reclamo y que algún decreto municipal debiera prohibirlos. En cuanto a los instrumentos de percusión tradicionales muy pocos son conocidos y utilizados ya, incluida la zambomba, que ni siquiera su nombre suena a los niños, que eran muy útiles como acompañamiento de los cantos y entre los que figuraban, el almirez, la botella de superficie rugosa, generalmente de aguardiente, las sonajas o las carrañaca s.
En los encuentros familiares de estas fechas, la comida y la bebida, recurso fundamental en auge del esplendor de siempre pero que el precio de los productos tradicionales de estas comidas ha experimentado una subida tan considerable que ha impedido su adquisición a importante número de personas; igual ocurre con los regalos, en que el problema fundamental es si algún niño no los recibe.
Se puede conceder, sin embargo, la palma de los desatinos al modo de felicitar estas fiestas, al wasap dichoso que nos ha inundado; es hartiza y agotadora la cantidad de ellos que se ha recibido, miméticos, tópicos, repetitivos
Afortunado te sientes cuando el correo electrónico te muestra una letrilla o, incluso, un soneto navideños de un querido amigo que lees gozoso varias veces seguidas. No es fácil porque tienes que tener proveedores con esa capacidad y voluntad expresa pero si surge esa suerte, se te ha ofrecido la mayor fortuna. Me deleita también leer poemas y letrillas de Navidad a cuya creación tan aficionados son los poetas granadinos; casi siempre recibo, como obsequio amistoso de sus autores, libros que los contienen o el envío electrónico puntual de alguno de ellos que, a mi vez, me sirve, como felicitación de las Pascuas.
El conocimiento del verdadero sentido de la Navidad y su congruente expresión lo manifiesta un significativo número de granadinos que actúa en consecuencia; el resto, el contexto familiar y educativo, las costumbres, los usos sociales o las posibilidades económicas marcan las pautas de sus creencias y modo de expresarlas. Yo, por mi parte, siento, al presente, necesidad de recopilación didáctica de este tema, seguramente por el oficio ejercido que, como imprime carácter, me anima a hacerlo ahora, seguramente sin mayor necesidad real pero que yo me creo obligado.
En estos días que acaban de pasar, nuestro mundo se ha sumergido en el consumismo que habitualmente nos distrae del verdadero significado de la Navidad que, procedente del latín 'nativitas', significa nacimiento y no se trata, pues, de la celebración de una fecha, sino de un hecho, el que conmemora el nacimiento de Jesucristo que se encarna en un niño. El nacimiento de Jesús había sido profetizado por Isaías, de que hace referencia San Mateo y anunciaba la concepción de la Virgen y la misión de Jesús y que hemos celebramos tras el Adviento (de 'adventus', venida), el período del año litúrgico de preparación espiritual para la celebración del nacimiento de Cristo. Es un destacado acontecimiento bíblico, ya que marca el paso del Antiguo al Nuevo Testamento. Fue establecida la Fiesta el día 25 de diciembre, como día de solemnidad por la Iglesia Católica en el año 350, gracias al Papa Julio.
Existen tradiciones que nos ayudan a vivir este tiempo más intensamente, a percibir el misterio que se celebra, el nacimiento de Jesús, y quizá se considere como fundador de la más grande, la de los nacimientos o belenes, a San Francisco de Asís, a quien se le atribuye, el haber organizado el primero en 1223 en el día de Noche Buena. Revivió el recuerdo de Jesús, nacido en Belén, quería mostrar las condiciones en que sucedió, las dificultades que pudieron encontrar y ayudar a comprender este mensaje de amor.
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