Spinoza en Armilla
Antonio Mesamadero
Lunes, 24 de febrero 2025, 23:58
Leyendo en IDEAL la crónica de la asunción armillera de María Jesús Montero a la presidencia del PSOE-A, se me vino a esta cabecita ... loca la obra y milagros de Baruch Spinoza, el filósofo que creía que Dios es una sustancia única, eterna, infinita, causa de sí misma y con infinitos atributos. Todo está determinado por él, no hay libertad de voluntad o espontaneidad en los seres humanos. O sea, igualito que el secretario general de un partido político.
La idea spinoziana de que Dios y el mundo son lo mismo me condujo hasta el Congreso del PSOE-A en Armilla, donde ha quedado demostrado que el socialismo es monoteísta y que el actual catecismo de Ferraz defiende como dogma 'number one' que la Sustancia Sánchez es el origen de todo por ser tan guapo y el Alfa y el Omega del partido. En definitiva, un ser divino de la muerte.
Al igual que Pedro, Spinoza tuvo muchas influencias de Maquiavelo en cuanto a la invención del sujeto político. El Dios de Spinoza es una sustancia infinita; el de Sánchez, una resistencia eterna con atributos infinitos a través del BOE. Nada puede existir de manera independiente a sus designios.
Spinoza pensaba que para no repetir el pasado, lo mejor era estudiarlo. En definitiva, aprender de los errores para entender. El nuevo PSOE-A, para poder seguir, tendrá que reiniciarse y comenzar (casi) todo de nuevo. Nada está perdido si se tiene el valor de proclamar que todo está perdido en esta legislatura andaluza y hay que empezar de nuevo.
El viaje de retorno a la Junta no se puede hacer sin un mapa lo más detallado y exacto posible de las necesidades de los andaluces, buscar sus problemas, encontrarlos y hacer un diagnóstico correcto. Entonces, todos los caminos conducirán de nuevo al voto. No se trata de volverse loco con la palabra Andalucía sin averiguar antes su significado y usarla constantemente como condimento para todo. Para un andaluz raso, la felicidad no es aspirar a una armonía interior, progresista, sino caminar por la calle sin que le sigan las deudas.
El otro día le dije a un amigo con galones en el PSOE-A que los partidos se preocupan por el poder más de lo que se merece, y que estar en la oposición puede ser una valiosa enseñanza de humildad política y una oportunidad para afinar estrategias. El poder socialista ha sido dado a María Jesús Montero, pero no se le ha dado hecho. Tendrá que sudar la camiseta para elevarse hasta la categoría de Sustancia 'Marisú'.
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