María Isabel y el cambio climático
Antonio Mesamadero
Lunes, 21 de julio 2025, 22:56
Recuerde el alma dormida, avive el seso y despierte contemplando cómo se pasa la vida, cómo se viene la muerte tan callando… Y tan callando ... como un susurro se ha ido el gran Josele, el humorista e integrante del grupo musical Los Payos. Groucho dijo un día: «Mi juventud, puedes quedarte con ella». Soy (casi) de la misma opinión, pero salvaría de esa época el primer beso y una canción de Los Payos que consiguió que me enamorara de su protagonista, una tal María Isabel, la chavala que se ponía un sombrero y se iba a la playa a tomar el sol al ritmo de un pegadizo «chiribiribí, po po pom pom».
Algunos defensores del cambio climático piensan que 'María Isabel' fue una canción pionera en dar la voz de alarma medioambiental, argumentando que la moza bajaba a la playa con sombrero para protegerse de las radiaciones provocadas por el agujero en la capa de ozono. Otros defienden que fue esta rumba de Manolo Escobar la que anunció el calentamiento global:
«Calor, con el sol de media tarde, calor, calor… Qué bonito es ver las olas porque parece que arden, calor, calor… Que penetra por el cuerpo, calor, calor… en la lumbre de tus labios». Teorías las hay para todos los gustos climáticos.
Es curioso, pero casi nadie se acuerda del calentamiento cuando bajan las temperaturas y hace un frío polar en Granada. En cambio, se habla mucho de ello cuando caminas en pleno agosto por nuestra ciudad y las llamaradas que salen del asfalto se convierten en la brasa viva donde tu piel adquiere el puntito del churrasco. Pero, dudo que esto sea fruto del calentamiento, ya que en Granada ha sido siempre así desde que Matusalén usaba Dodotis.
Más allá de discusiones calentólogas, lo importante es combatir el calor, ya sea con María Isabel sonando en el discman, ya sea con la suegra desafinando mientras te canta las cuarenta cada dos por tres en tus vacaciones con la familia en la playa. La pregunta es, ¿cómo aguanta, por ejemplo, un albañil bronceado como Tita Cervera con el palustre currando en pleno julio? A mí esto me parece la gran noticia del verano, no la operación salida de vacaciones o que la gente termine a hostias con las medusas en la playa.
Mucho más entretenido que las temperaturas es lo que la gente, paradójicamente, está dispuesta a hacer para combatirlas: tostarse vuelta y vuelta en la playa hasta que salga humillo. Absurdos veraniegos.
Epílogo: Anoche bajé a la costa, y nada más aterrizar junto al mar me encontré a una pareja más caliente que la arena de la playa dándose un «chiribiribí, po po pom pom» por todo lo alto. Y me acordé de la dulce María Isabel de la canción. Dicen que ya está entradita en años, pero da igual, sigue siendo el amor platónico de mi juventud.
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