Para los que ya peinamos canas y calvas a partes iguales, los Juegos Reunidos Geyper fueron algo más que un socorrido regalo de Reyes Magos. ... Este conjunto de juegos de mesa entretuvo a familias enteras y estrechó lazos al calor de la lumbre en invierno y en calurosas tardes de verano, en unos tiempos donde el concepto familia era sinónimo de comunicación, o como dicen ahora los cursis, de «interactuación», palabra que sugiere más una obra de teatro de Ionesco que un intercambio emocional.
Actualmente, hay una amplia gama de matrimonios que piensan que crear espacios de comunicación con sus hijos es comprarles un teléfono móvil. Son esas familias donde cada miembro es una isla, son muy comunes en los restaurantes. Comen, pero sin despegar la vista del móvil. Qué diferencia con aquellas familias alrededor de un mantel en una venta de pueblo, donde todos sus miembros se pisaban hablando por el ansia de comunicarse, y los ojos hacían chiribitas cuando el camarero hacía aterrizar la nave de migas alpujarreñas sobre la mesa. Otros tiempos, tal vez idealizados por el que escribe, pero superiores en términos de conexión humana y expresión de los afectos.
Rescato de mi memoria, baúl petado de recuerdos, los Juegos Reunidos Geyper. La razón es que al analizar el tema de las mordidas y la «charcutería» poco fina de la trama Koldo y sus «chistorras», he encontrado similitud entre algunos juegos de aquella caja y los chanchullos reunidos alrededor del guardaespaldas de cabecera de Ábalos.
El asalto era un juego de esta caja, y ya sólo el título sugiere los motivos fundacionales de Mordida S.A (Mordidasa), la empresa cuya cabeza visible, que no pensante, era Koldo. El juego de las damas evoca los episodios de «La Paqui» en El Corte Inglés, mientras que el de la oca proyecta el espíritu de este tipo de tramas: y trinco porque me toca. El juego llamado Construcciones es el alma de las mordidas, mientras que el denominado El juego de los nidos evoca tierras dominicanas paradisíacas. El juego En busca del tesoro son los estatutos de la empresa, El juego de poder a poder es fiel reflejo de la lucha del poder ejecutivo contra el poder judicial para quitarle hierro al caso; el juego de El saltamontes, la posibilidad de que algún encausado escape. La gran carrera implica que la causa será larga, mientras que el juego de La barra china sugiere lo que sugiere (dicen que a José Luis Ábalos le encanta este pasatiempo).
El juego de El que te cojo se explica por sí solo, y para finalizar, El solitario no entusiasma a ninguno de la trama porque no se pueden hacer trampas. En definitiva, los Juegos Reunidos Koldo con aroma a «chistorra» granadina.
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