El lodazal político
Antonio Mesadero
Lunes, 11 de agosto 2025, 23:02
Hay Despacito, pasito a pasito, suave suavecito, la política se ha ido hundiendo por méritos propios en las arenas movedizas del desprestigio. Uno de los ... motivos de este descenso a la ciénaga del descrédito es lo que algunos llaman 'lucha de partidos', que en la práctica no difiere mucho de una trifulca entre chismosas, donde lo importante no es buscar el entendimiento para avanzar hacia objetivos comunes en beneficio de la ciudadanía, sino arrancarse los pelos desde el minuto uno.
Durante décadas, la política fue una cosa suspendida en ese limbo sagrado llamado democracia, y los ciudadanos sus devotos. Los tiempos han cambiado y la política dejó de estar suspendida para estar simplemente suspensa, fundamentalmente por culpa de las asignaturas pendientes de humildad y matemáticas.
Contribuye mucho al suspenso en humildad la triste e insólita historia de nuestro AVE, que cada día se parece más a esta mítica frase de Groucho Marx: «Salí de la nada para llegar a la más absoluta de las miserias». Efectivamente, nuestro AVE de mal agüero es exactamente eso: salir de la estación de Andaluces para quedarte tirado en mitad de la nada, o sea, en la más absoluta de las miserias ferroviarias. Aun así, hay gente que está dispuesta a defender la labor del ministro Óscar Puente, bien por simpatías políticas o simplemente porque ha catado el lujo del AVE Granada-Madrid y le ha cogido el gustillo a ir dentro de un vagón a 40 grados y sin aire acondicionado, rememorando la cómoda estancia de José Luis López Vázquez en la película La cabina. ¿Tiene toda la culpa Óscar Puente? No, pero en esos momentos tan especiales en los que el tren deja a alguien tirado, lo que menos le apetece al tirado es escuchar a este ministro en la radio diciendo que el tren «vive en España el mejor momento de su historia». La falta de humildad, cuando va acompañada de sarcasmo y chulería, acelera el descenso a las arenas movedizas del desprestigio político y a un deseo de venganza en las urnas por parte del usuario del tren.
Por otra parte, el suspenso en matemáticas de la clase política se debe a que las cuentas sí salen, porque pasta se recauda a manos llenas, pero no hay buenos gestores. Séneca veía la vida como una administración que debe ser realizada con la misma diligencia y cuidado que un buen gestor, porque el tiempo es un recurso valioso y limitado. Qué pena que Puente no vea de esta manera tan compasiva la vida de los viajeros del AVE Granada, cuyo valioso tiempo es absorbido frecuentemente por un agujero negro de caos que no devuelve nada de lo que chupa, incluyendo el importe del billete.
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