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Sr. García

40 años de enseñanza de Religión en Democracia

La belleza de la verdadera laicidad es que garantiza un espacio de neutralidad en el que germina el principio de libertad religiosa

Urbano Alonso del Campo, O.P.

Sábado, 19 de octubre 2019, 22:57

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Recientemente, y de desde diversos medios de difusión, se está hablando de la Religión como una asignatura pendiente. Don Rafael Navarro-Valls, catedrático emérito de ... Derecho de la Universidad Complutense, escribía unas breves reflexiones con el título 'La verdadera laicidad', en la que decía que la sentencia del Tribunal Constitucional del 10 de abril de 2018 desestima el recurso de cincuenta diputados socialistas contra la enseñanza de la Religión como asignatura en la enseñanza Primaria y Secundaria. Lo que viene a decir es que la asignatura de Religión no solamente no es inconstitucional, sino que es educativa, razonable y constitucionalmente plausible. Lo primero, porque ayuda al alumno a bucear en sus raíces identitarias, las enriquece. Lo segundo, porque es el vínculo adecuado para que se actualice el artículo 27,3 de la Constitución Española: «Los poderes públicos garantizan el derecho que asiste a los padre para que sus hijos reciban la formación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones». Como es sabido –en sobria, bella y precisa referencia, el profesor Rafael Navarro– Europa nace sobre tres colinas: la del Acrópolis, la del Capitolio y la del Gólgota.

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