Mala imagen
«En un momento en el que no te puedes rascar la oreja sin que te pillen cuatro o cinco cámaras instaladas en la calle resulta que no son capaces de grabar a quienes destrozan todo lo que pillan o no hay policía que vigile nada»
Ángel Iturbide
Periodista
Domingo, 24 de agosto 2025, 00:32
Los años pasan y la percepción que los almerienses, y quienes nos visitan, tienen de nuestra ciudad no cambia e, incluso, es cada vez más ... negativa. Se acometen obras, mejoras, muchas de ellas de importancia que están cambiando la fisonomía de la capital, pero el problema luego es el mismo, ese no varía. La falta de mantenimiento o la incapacidad de nuestros gestores de cuidar las cosas, de mantenerlas, son manifiestas, y así nos va. También la falta de visión, de planificación, de coordinación… porque da la sensación de que en la Plaza Vieja consideran que cuando una obra se termina, acaba también la actuación del ayuntamiento; y eso no es así sino que las obras hay que mantenerlas, la ciudad hay que cuidarla, mimarla y tenerla en las mejores condiciones siempre. El problema es que en esta Almería eso no se entiende así y las más de las veces se buscan justificaciones al desastre fuera cuando lo que hay que hacer es mirar dentro.
Como si de un mal endémico se tratara o como si estuviera en el ADN del ayuntamiento de la capital se repite año tras año, corporación tras corporación, y al final todo lo bueno que se hace no luce. Decía que se buscan justificaciones al problema fuera cuando hay que mirar dentro y así es. Si la ciudad está sucia se echa mano a la manida ausencia de lluvia, exceso de viento o al incivismo del almeriense. Si las cosas se rompen se apela al vandalismo de muchos. Si de lo que se habla es del caos del tráfico diario es consecuencia de la falta de respeto en la conducción de los almerienses o de que se abusa del uso del automóvil. Y en todo ello hay una parte de razón, pero nuestros gestores no pueden justificar su inacción en la conducta colectiva, sino que deben buscar y adoptar medidas para que esto no ocurra. Es decir, que la ciudad no esté limpia puede ser por muchas razones, pero la obligación municipal es la de mejorar el servicio de limpieza. Lo mismo con el vandalismo o con el caos circulatorio.
Hace unos días los medios de comunicación se hacían eco del pésimo estado del mercado de la plaza Pavía que no hace tanto había sido remodelado. Los comerciantes se quejaban de la presencia de bichos, de roturas, de suciedad y de una falta de mantenimiento clamorosa. Así pues, de nada sirve invertir dinero si luego no se hace nada por mantenerlo. Está ocurriendo en el Cerro de San Cristóbal que ha sido sometido a una remodelación que lo ha dejado espectacular y que los almerienses debemos disfrutar de él. Pues bien, los vándalos, estos que se caracterizan por la falta de cerebro, se han volcado en él y han dejado su firma.
En un momento en el que no te puedes rascar la oreja sin que te pillen cuatro o cinco cámaras instaladas en la calle resulta que no son capaces de grabar a quienes destrozan todo lo que pillan o no hay policía que vigile nada. Para colmo una pantalla gigante en la esquina de Gregorio Marañón con la Rambla Federico García Lorca nos ha recordado (o descubierto) que vivimos en la ciudad más feliz de España. Será porque tenemos sol, el Cabo de Gata y tapas, muchas tapas, de cortesía y gourmets, y con eso ya tenemos suficiente para mirarnos el ombligo y no ver nada más. ¡Qué barata ponemos la felicidad en esta tierra!
El pasado 11 de agosto este periódico publicaba un reportaje del Barrio Alto con fotografías que no se sabía bien si se habían sacado en sus calles o en cualquier ciudad en guerra. Ver aquello abochornaba a cualquiera menos, imagino, que al Ayuntamiento de Almería que lo mantiene en ese estado. Aceras destrozadas, viviendas sin tejado, casas caídas, solares abandonados… digno lugar para realizar excursiones y mostrar lo que no debe haber en una ciudad o para rodar escenas para una película apocalíptica.
Lamentablemente el ayuntamiento no está cuando se le necesita. No hace tantos meses inauguraron el Parque de la Policía Nacional (el antiguo parque de Carrefour), no sin antes adecentarlo. Vayan ahora y vean la zona. Un insulto para quienes velan por nuestra seguridad. Allí, en la avenida del Mediterráneo los vecinos de esa zona mantienen una lucha con los concejales por el abandono y la falta de atención. Al final resulta cómico, a la par que bochornoso, que cuando sus quejas y demandas salen en prensa o acude un concejal de la oposición envían una legión de trabajadores a limpiar y adecentar la zona y ya no vuelven por allí hasta que no vuelven a arreciar las críticas.
Pero al final con las obras que se están haciendo y con el Puerto Ciudad parece como si nuestros males se terminaran. No lo sé, aún no escuchado qué van a hacer para acabar con el fétido olor del final de la Rambla o si Almería seguirá siendo la única ciudad que no es capaz de habilitar el géiser que se instaló hace un montón de años junto a la 'ballena' de las Almadrabillas y que no ha funcionado con regularidad nunca.
Y otra cosa ¿cómo se puede permitir el lujo esta ciudad de tener los Refugios de la Guerra Civil (una atractiva instalación turística para almerienses y foráneos) cerrada por obras de mantenimiento todo el verano? En fin.
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