Todo claro
«Y a diferencia de los minutos y horas de gloria protagonizados por el juez Peinado lo ha encausado un juez de Tarragona del que ni siquiera recuerdo el nombre que ha investigado y mantenido el secreto de sumario durante siete años»
Ángel Iturbide
Periodista
Sábado, 19 de julio 2025, 23:13
El miércoles se cumplirán dos años desde que nos presentamos ante las urnas en las últimas elecciones generales. Dos años en los que vivido en ... una auténtica montaña rusa en torno a la política de este país. Soy partidario de la amnistía siempre que el objetivo sea cerrar una herida profunda abierta en Cataluña y que parece se va cerrando por sí misma. Ahora bien, no soy partidario de la amnistía de la noche a la mañana en plan chantaje con el único objetivo de permanecer en el Gobierno. Soy partidario de la presencia de las lenguas cooficiales en todas las instituciones del país, pero no lo soy de su inclusión de repente a cambio de. Dos años en los que ha habido cosas que me han gustado y otras que no. Entre las primeras los avances sociales que hacen de este país el más progresista de nuestro entorno europeo.
De la política económica que tan buenos resultados está dando tanto a nivel productivo como en el mercado del trabajo. Ahora bien, no me han gustado algunos tics autoritarios del presidente como el repentino apoyo a Marruecos en detrimento del Sahara o del aumento de la aportación española a la defensa general en manos de la OTAN. Sí me alineo con decisiones de calado como el reconocimiento del estado palestino y la condena al genocidio israelí en la franja de Gaza. Pero, no obstante, no creo en las decisiones unilaterales del 'porque yo lo valgo' sino que pienso que toda decisión de calado que afecta a un país debe pasar primero por el Congreso de los Diputados que es donde reside la soberanía de los ciudadanos que frecuentemente nos citan en las urnas para elegir a nuestros representantes.
Lo de la judicialización de la política en este país es otra cosa. La mayoría de los casos que afectan al PSOE parecen carecer de fundamento de peso y al final podrían quedarse en nada. Lo del juez Peinado no es de recibo. No se puede mantener las dudas sobre algunos encausados cuando no se aportan pruebas y los procedimientos se alargan en el tiempo con el único objetivo de socavar, en este caso, la imagen del Gobierno y en concreto de su presidente. El juez Peinado, al que poco a poco lo van colocando en su sitio, pero que está haciendo un daño enorme a la propia judicatura de este país. Un juez que cuando camina por la calle, y con el fin de controlar dónde se encuentran los periodistas, se asemeja a las figuras que hacían los egipcios con los ojos a un lado de la cara.
Sí me ha escandalizado y dolido todo lo que se va sabiendo de José Luis Ábalos, Koldo García y Santos Cerdán en cuyos audios ellos mismos se han descalificado, o mejor dicho se han calificado, como lo que realmente son. A estas alturas solo confío en que se esclarezca todo y paguen con las penas más duras que se les pueda imponer porque de aquí debe salir una oportunidad para la ejemplaridad. Empezaba a pensar que en este país de pícaros la corrupción política y económica llevaba camino de ser endémica cuando saltó el escándalo del exministro Cristóbal Montoro imputado por presuntos delitos de cohecho, fraude contra la Administración Pública, prevaricación, tráfico de influencias, negociaciones prohibidas, corrupción en los negocios y falsedad documental. Y a diferencia de los minutos y horas de gloria protagonizados por el juez Peinado lo ha encausado un juez de Tarragona del que ni siquiera recuerdo el nombre que ha investigado y mantenido el secreto de sumario durante siete años.
Pero lo que al final ha hecho que la montaña rusa de mi cabeza política haya llegado a la zona de meseta y allí se haya quedado son los recientes sucesos de Torre Pacheco. Se me ponen los pelos de punta cuando leo convocatorias para acudir a la población a una 'cacería de inmigrantes'. En el fondo lo que supone es ir a cazar personas con toda la carga de barbarie y odio que conlleva. Y la gente va. Esos mismos que odian a los medios de comunicación y acosan a periodistas porque en el fondo odian la libertad de expresión y de información y, añado yo, porque odian verse en televisión tan ridículos ellos formando parte de una manada de descerebrados que sin la compañía del grupo no son absolutamente nada. Y cuando he visto las arengas de Vox sin que aparentemente pase nada y esas redes sociales incendiarias y, sobre todo, la falta de reacción contundente de condena por parte del Partido Popular, he llegado a la conclusión de que volveré a votar a la izquierda porque no me puedo imaginar vivir en un país con líderes que alientan la 'cacería al inmigrante', junto a otros líderes que no tienen los suficientes redaños para condenar sin paños calientes las salvajadas y a quienes las fomentan. Y espero que como yo haya muchos.
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