La Vega de Granada y la LISTA
Ahora, en mayo de 2023, existe la amenaza de una operación que, de ejecutarse, supondría la desaparición de muy importantes valores productivos del paisaje de la Vega
Ángel Isac Martínez de Carvajal
Miércoles, 10 de mayo 2023, 23:36
La Vega de Granada es un paisaje muy frágil. Tanto más, cuanto depende del mantenimiento de la capacidad productiva de sus suelos de alto valor ... agrario. Historia y paisaje son conceptos que han tenido, en las últimas décadas, una amplia discusión académica con interesantes implicaciones sociales. Como en su día escribió Julio Caro Baroja: «No hay acción humana sin paisaje, y no hay tampoco, casi, paisaje sin acción humana» (Paisajes y ciudades. Taurus. Madrid: 1981, pág. 33). Es decir, estamos siempre construyendo o destruyendo lugares de paisaje. Ahora, en mayo de 2023, existe la amenaza de una operación que, de ejecutarse, supondría la desaparición de muy importantes valores productivos del paisaje de la Vega. Mantengo que las llamadas Vías de la Aglomeración Urbana (VAUs) no existirían si se hubiese aprobado antes la Ley 7/2021, de 1 de diciembre, de Impulso para la Sostenibilidad del Territorio de Andalucía (LISTA).
Me explico. La LISTA, y su Reglamento de aplicación aprobado en noviembre del año pasado, desarrolla principios a favor de la sostenibilidad como paradigma inspirador de todo su texto articulado. Examinados con detenimiento sus títulos y capítulos, creo que se puede demostrar lo innecesario y atrasada de la concepción de las VAUs. Pero más grave: su ejecución en pleno siglo XXI sería contraria a las ideas y principios internacionales en materia de sostenibilidad, como los enunciados en la Agenda 2030 (objetivos 11 y 13) y su implementación en los gobiernos locales, tan importante para garantizar que en 2031 se pueda hacer un balance positivo; o el Convenio Europeo del Paisaje (2000), la Carta de Leipzig sobre ciudades Europeas Sostenibles (2007), el Acuerdo de París sobre el Cambio Climático (2015), o la Nueva Agenda Urbana de Naciones Unidas (2016).
Las razones que hace años sirvieron para justificar su inclusión en el Plan de Ordenación del Territorio de la Aglomeración Urbana de Granada (1999), ya han quedado obsoletas desde el punto de vista de las actuales recomendaciones sobre movilidad, sostenibilidad, medioambiente o conservación del patrimonio natural agrario y paisajístico. En 2023 existen alternativas más acordes con lo defendido por la Agenda 2030 y otros documentos internacionales; pero, sobre todo, por los principios insistentemente defendidos por la LISTA y su Reglamento.
Adaptar la movilidad al espíritu y a la letra de la ley sería lo más inteligente y racional, cuando, además, la nueva consejera de Fomento de la Junta de Andalucía, Rocío Díaz Jiménez ha estado en los últimos años como directora del Patronato de la Alhambra y Generalife y tiene la sensibilidad y los conocimientos necesarios para comprender que los problemas de la tutela moderna de los patrimonios heredados, en su compleja pluralidad, solo puede llevarse a cabo entendiéndose como un conjunto de bienes inseparables de su medio natural.
Me parece muy oportuno recordar lo que se dice en la Exposición de Motivos de la ley, respecto a los fines y principios del texto articulado: «…que se concretan en directrices para la ordenación urbanística que persiguen impulsar una ciudad sostenible e integrada, mediante la dotación de servicios, espacios y equipamientos públicos y de vivienda, y proteger su patrimonio natural y cultural, así como favorecer la territorialidad interconectada a través de una movilidad sostenible y promover el equilibrio territorial a través de una ciudad compacta, polifuncional, cohesionada y equilibrada». Y por si fuera poco, se añade: «La protección de los ámbitos más vulnerables y la creación de espacios verdes mejoran la resiliencia de las ciudades y de los territorios a los desastres naturales, a la vez que redundan en el bienestar y en la calidad de vida de los ciudadanos».
Sobre la 'política rural', o la salud de los habitantes del territorio andaluz, la LISTA también acierta al definir la necesidad de cuidar el medio urbano y controlar las emisiones de gases contaminantes. Pues bien, en mi opinión, ninguno de esos principios están conformes con los proyectos que, anticuados ya, se pretenden ejecutar. Confiemos en que la nueva consejera responsable acepte estudiar otras propuestas de los colectivos ciudadanos y profesionales que se han estado manifestando en defensa de la productividad de los suelos y de los valores patrimoniales de la Vega.
En junio de 2022 se firmó en la Huerta del Tamarit el 'Manifiesto en defensa de la Vega, otra vez'. En esa ocasión, la causa inmediata fue la idea deslizada por el Ayuntamiento de trasladar la estación del AVE a suelos protegidos de la Vega, renunciando al soterramiento de las vías en su acceso a la estación actual; un grave error que la administración municipal ha sabido subsanar a tiempo. La ley andaluza contiene todos los argumentos para demostrar que los proyectos de las VAUs (05, 09 y 10) son contrarios al espíritu y a la letra del texto articulado.
Todavía hoy vale la pena recordar la sentencia de Hilberseimer polemizando con el modelo urbano de Le Corbusier basado en el crecimiento ilimitado del sistema viario: «La solución del problema de la circulación no se logra mediante un aumento de las posibilidades del tráfico, sino solo haciéndolo, en lo posible, superfluo» (La Arquitectura de la Gran Ciudad. 1927). Es decir, a más vaus, más tráfico contaminante y menos soluciones verdaderamente sostenibles y defendibles en 2023.
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