Sierra Nevada, escenario teatral
La cada vez más premiada 'Sociedad de la Nieve', de Juan Antonio Bayona, es un hito que, más pronto que tarde, será superado por la siguiente película nevadense
Andrés Molinari
Jueves, 15 de febrero 2024, 23:59
Las coincidencias son gallos de calendario. Su quiquiriquí de sincronías entre el antaño y el hogaño despabila temas adormilados y despereza asuntos inacabados. Sierra Nevada ... gallea ahora la coincidencia del ascenso meteórico de una película, rodada entre sus peñascales y sus neveros, con la celebración de los 25 años de su declaración como Parque Nacional. Y esta concurrencia parece adecuado pretexto para retirar legañas y que los gallos de nuestra investigación picoteen de nuevo en el sinfín de materias que atañen a la antaño llamada Cordillera Penibética.
Desde la geología hasta la botánica y desde la fotografía al deporte, todas o casi todas las facetas del quehacer humano han tenido, tienen y tendrán en Sierra Nevada una de sus dianas predilectas. La literatura, desde el relato hasta la poesía, se ha esmerado en derramar sobre esta Sierra sus más esforzadas creaciones. Sin embargo, el capítulo escénico, en sentido amplio, no ha gozado de tanto esmero ni ahínco, por parte de antólogos y analistas. Corrijamos.
Todo un premio Nobel de literatura, el dublinés George Bernard Shaw, ambientó aquí su obra 'Hombre y superhombre', de 1902. Tras sus dos primeros actos, localizados entre Londres y Richmond, asistimos a un acercamiento al mito de Don Juan en las cumbres granadinas. El autor ambienta el acto tercero de esta obra contrastando nuestra ecología con la suya irlandesa: «Atardecer en Sierra Nevada. Cerros ondulantes pardos, con olivos en vez de manzanos en las partes cultivadas, y chaparrales salpicando los sitios silvestres, en vez de aliagas y brezos. …»
Muchos más comediógrafos nombran Sierra Nevada en las acotaciones de sus piezas escénicas. Por ejemplo el santaferino José Rosales Méndez, en su zarzuela 'La flor de los montes', estrenada en el derribado teatro Cervantes de Granada el 27 de enero de 1919, al ambientar el acto segundo, escribe: «La escena representa una plazuela… y a lo lejos, se ve un escalonamiento de montañas, en cuya parte más alta se descubren los picos de Sierra Nevada». Más idílica es la nota de Guillermo Perrín para su obra 'Las mujeres de Don Juan', donde escribe: «El país de La Seducción. … Un acantilado abrupto en Sierra Nevada… se verán el valle y la vega de Granada y la montaña donde se asienta la Alhambra, bañada por el río. …» Y graciosísimo es el nombre del personaje creado por Muñoz Seca, para su juguete cómico 'El último bravo': Don Segundo Bravo de Chacota es Marqués de la Sierra Nevada.
También abundan los autores que hacen pronunciar Sierra Nevada por la boca de alguno de sus personajes, mientras las evocaciones nival y serrana asoman en el transcurso de los diálogos. Ejemplos son Linares Rivas, en su comedia 'A martillazos'; Jaime Piquet en su trasnochado drama 'Cristóbal Colón'; Antonio Paso en la graciosa pieza 'El terror de la mujeres'; y así…
El verso es amigo de la Sierra, como bien demostrará, en breve y de forma apabullante, el sapientísimo profesor Manuel Titos. Versos con Sierra Nevada incrustada en su joyel taraceado de sílabas. En la comedia 'El Triunfo del Ave María', antaño representada en Granada cada día 2 de enero, la reina Isabel comenta su imprudencia en La Zubia: … «porque yo trataba [de] / ver a Granada desde esa / cuesta de Sierra-Nevada…» Y larguísima es la evocación teatral de aquella Castilla a las puertas de Granada, con la Sierra citada al fondo, por ejemplo por Cristóbal Monroy en 'Envidias vencen fortunas'. La misma reina Isabel, en la obra del malagueño Tomás Rubí, versifica dos tópicos granadinos: «Do quiera la vista gira / á lo lejos, contrastada / baila la tierra que mira... / el fuego de Sierra Elvira / lo apaga SierraNevada.»
Luego, las crestas serranas y las anfractuosas Alpujarras aparecen insistentes en el teatro poético sobre la guerra de los moriscos, por ejemplo en 'La niña de Gómez Arias' de Calderón de la Barca, alargando nombre y sombra hasta el 'Aben-Humeya' de Villaespesa. La fácil rima de Sierra Nevada la ha convertido en comodín acomodaticio en decenas de letras para cantables en zarzuelas de finales del XIX y comienzos del XX, tales como: 'La huertanica', de Ventura de la Vega; '¡Estaba escrito!', de Antonio Campoamor; 'Mayo florido', de Antonio Paso y Joaquín Abati; '¡Que viene el lobo!', de Ramón Peña Ruiz; 'Frutas al natural' de Pedro Baños … y un sinfín de títulos más.
Crece cada año la nómina de películas cuyo guionista o director elige Sierra Nevada como escenario o como telón de fondo para las secuencias más llamativas de sus filmes. La cada vez más premiada 'Sociedad de la Nieve', de Juan Antonio Bayona, es un hito que, más pronto que tarde, será superado por la siguiente película nevadense, en un prodigioso suma y sigue. Hacia atrás mi memoria se desvanece entre decenas de títulos, en cuya neblina se oculta aquel turbión de spaghetti western en cuyas secuencias exteriores blanquean a lo lejos las cumbres del complejo nevado-filábride y sus estribaciones.
De entre las cintas más conspicuas, hoy rememoro dos para el cine y una para la televisión: 'Doctor Zhivago' (1965) dirigida por David Lean, con escenas inolvidables en las que Sierra Nevada, filmada desde el noroeste, simula ser Rusia, y 'La caza humana' (1970), dirigida por Joseph Losey, con el Trevenque y sus blanquizares resecos aumentando la tensión dramática de una persecución. A ellas dos añado las escenas del entierro de Muley Hacen en las cumbres de la sierra, que aparecen en la serie 'Isabel', de Javier Olivares para Televisión Española.
Una Sierra Nevada generalmente mal pintada, aunque siempre bien parecida y a veces con la Alhambra delante, ha sido y sigue siendo telón de fondo de los tablaos flamencos de Madrid y otras villas. Es la sierra quieta, serena, para que la danza castiza, que parpadea ante su estampa, contraste con su quietud blanquiazul, casi aristocrática.
Un interesante capítulo de este recorrido lo ocupan los espectáculos relacionados con la nieve, donde lo escénico tangencia con el deporte. Aquí caben desde las cabalgatas nocturnas con disfraces navideños, sobre las pistas heladas, hasta las variedades más o menos jocosas ofrecidas en los Campeonatos de Esquí, la Universiada, etc. Pasando por el Sierra Nevada International Snow Volley Open y espectáculos como Sun&Snow Weekend que pronto celebrará su quinto aniversario entre Borreguiles y Peñones.
Más abajo, las faldas de la Sierra también tienen su teatro. Desde que la compañía granadina 'Etcétera' se asentó en Güéjar Sierra, sus ínclitos creadores Enrique Lanz y Yanisbel Martínez, junto a sus colaboradores, se han esforzado por convertir 'Cueva Secreta' en un pequeño teatro de altura, en ambos sentidos. De septiembre a noviembre de 2023 pusieron en escena su 'Otoñada', con espectáculos, talleres, música, paseos … y siempre el títere como referencia. Tal vez sea la única montaña de Europa que tiene corazón de titiritera.
Sierra Nevada es puro teatro: escenario para mil argumentos, telón de fondo privilegiado, protagonista altiva con cristalinas guedejas y nívea cofia, circo sin carpa, proscenio con bambalinas de sol poniente… y, sobre todo, texto siempre a medio escribir.
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