Crecimiento económico y aumento de la pobreza. ¿Una entelequia?
«Tenemos que soportar a Sánchez diciendo que 'entre la verdad y la mentira, escoge la verdad'»
Andrés García Lorca
Catedrático de Universidad en el Área de Análisis Geográfico y Regional
Sábado, 29 de noviembre 2025, 23:36
Teóricamente si hay crecimiento económico debería de haber disminución de la pobreza; de ahí que, si correlacionamos crecimiento económico y aumento de la pobreza sería ... una irrealidad, una ficción, en definitiva, una entelequia; pero hete aquí que en esta corte de los milagros, que es el gobierno de Sánchez, esta correlación se convierte en un axioma, no necesita demostración, como lo evidencia la realidad objetiva de la sociedad española partiendo de la propia experiencia, pero además los datos avalan la realidad como ha evidenciado la Unión Europea.
Es cierto que la economía de España es la que más crece de la Unión Europea, pero a su vez, la Unión Europea, reconoce la situación crítica de España por la pérdida de ingresos reales de las familias españolas y el aumento de la pobreza infantil que se sitúa en un 34,6% y solo por encima de Bulgaria. Estos datos enfrentados nos describen una realidad que es necesario entender y sobre todo analizar.
La economía española, no es una economía robusta, es una economía con pies de barro como la estatua que describiera el profeta Daniel a Nabucodonosor, de hecho nuestra economía crece a impulso del sector público y de las exportaciones, pero ojo, el sector público, en gran medida no productivo, está en relación con el aumento constante de la deuda; en cuanto a las exportaciones, éstas, dependen del turismo que armoniza la balanza de pagos pero plantea ciertos riesgos, unos debido a los cambios en la demanda y al desarrollo de ámbitos turísticos emergentes que pueden generar cambios de tendencias espaciales en los modelos de turismo de masas y fordistas como es el español, otros, por los cambios que se producen en las zonas de acogida como es la inseguridad física y jurídica, la subida de los costes de vida vinculada a la pérdida de calidad del servicio, lo que supone un riesgo a tener en cuenta y que afecta a la demanda. Paralelamente podemos comprobar que el sector industrial y de servicios avanzados, fundamentalmente tecnológicos, se encuentra muy debilitado por su insuficiente inversión en I+D+i, baja productividad y el constante aumento de los costes de producción, energía y materias primas fundamentalmente; el ERE de telefónica no es una anécdota. De otra parte, todos los sectores productivos tienen que buscar su competitividad en base a salarios bajos y precariedad laboral, de ahí la importancia de la mano de obra inmigrante; pero esta falta de productividad también se ve afectada por una inconsciente política de falsa protección social que favorece el absentismo laboral abusivo y la economía sumergida, generando una ecuación en la que pierden todos, empresas y trabajadores.
Lo cierto y verdad es que, con la constante subida de la inflación y del aumento de los precios, no es fácil compaginar el pago de servicios básicos, alimentación y vivienda con sueldos de base salarial mínima establecida y menos aún que cubran un mínimo vital social que atienda también a un necesario derecho al ahorro. Añadamos a esto la realidad del paro oficial que se sitúa en el 11,4%, el doble que en la UE, estando además alterado por la clasificación de los desempleados (fijos discontinuos).
Tal vez lo representantes y gestores públicos no sean conscientes de esta realidad y vivan en otro mundo anestesiados por el olor del dinero que perciben y algunos por el que se proporcionan con sus golferías y no sean sensibles a una realidad de injusticia que, aunque proclamen que luchan por superarla, solo evidencia su cinismo e insensibilidad con los más débiles, tal vez porque con esa debilidad sean más fáciles de dominar y controlar para beneficio propio.
Mientras los españoles asistimos atónitos a este circo de la mentira y traiciones que se evidencia en las instituciones del Estado, donde el sectarismo más encarnizado reclama su parte del pastel. Tal vez sea necesario resolver la catarsis envueltos en un fango más abyecto y podrido que posibilite la llegada del fuego purificador; mientras tenemos que soportar a Sánchez diciendo «que, entre la verdad y la mentira, escoge la verdad»... y dos huevos duros.
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