Almería Tierra Abierta

El relato del proceso es simple y responde a la impresión que produjo en un grupo de personas el déficit social del modelo productivo, manifestado en la existencia de las infraviviendas y chabolas en nuestro ámbito territorial, situación que provocaba un factor de pérdida de competitividad por la utilización de esta situación por competidores del mercado europeo y porque además, era una situación que afectaba a la conciencia moral de muchas personas y que no se podía obviar, por lo que había que dar una respuesta.

La iniciativa que promoviera un almeriense como Juan Callejón, pronto encontró eco en un grupo de personas que, si bien eran de distinta ideología, militancia política y ámbitos de responsabilidad, encontraron un espacio de encuentro para que, desde la sociedad civil, se intentará cambiar esta realidad vergonzante. Pronto se incorporaron instituciones, autoridades, empresarios y varios miembros de la sociedad, animados por este espíritu de mejorar la capacidad competitiva de nuestro modelo y por el compromiso ético y moral con esta realidad que hacía patente unas condiciones de vida de los inmigrantes incompatibles con la dignidad humana en una sociedad como la nuestra.

El desarrollo de esta fundación como es Almería Tierra Abierta, ha puesto de manifiesto que, si hay un objetivo noble y una voluntad decidida, no hay diferencias personales e ideológicas que impidan alcanzarlo. Y esa es la razón de su fortaleza, el mutuo respeto y el sentido de un compromiso de servicio hacia los demás, sin esperar nada a cambio, independientemente del credo, ideologías o compromiso político de cada uno de sus componentes.

Con la constitución de la Fundación se le da carta de naturaleza jurídica para posibilitar la acción a partir de unos objetivos claros y un plan de trabajo definido, que se llevará adelante con el apoyo social que irá surgiendo, de ahí que, desde la más profunda humildad, pidamos el apoyo social para hacer realidad una Almería más inclusiva e integradora, pero también más competitiva en el contexto de nuestro sistema productivo.

Almería, que ha sido siempre una tierra acogida e integración, no puede permitir que, por motivos de distinta naturaleza, algunos de ellos espurios, pueda darse a conocer en el mundo como un territorio donde el éxito económico, productivo y ambiental sea a costa de un déficit social identificable... y ese es nuestro reto, pero nunca sin perder de vista a las personas y el reconocimiento a su dignidad, facilitando su integración social y económica en nuestro entorno que es donde prestan su fuerza de trabajo.

Solo resta significar que el nombre de la Fundación lo sugirió nuestro Obispo Antonio.