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El placer de la lectura. Ideal
Tribuna

La silla de anea

Tomar la palabra, como sabemos, es una conquista de las mujeres que nos ha costado años de lucha, pero no solo hemos luchado por poder escribir, sino también por poder leer, (...)

Ana Moreno Soriano

Jaén

Sábado, 1 de febrero 2025, 22:19

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Las sillas de madera y con el asiento de anea eran las que estaban en el portal de las casas de hace varias décadas, cuando ... aún no había llegado el plástico con todas sus variantes más o menos vistosas y, para la fabricación de todo se utilizaban materiales que se podían encontrar en los espacios naturales y cercanos; como la anea es un material flexible, resistente y duradero, cumplió perfectamente su misión de dar asiento a muchas generaciones y las sillas de anea se ponían cerca de la lumbre, las usaban nuestras madres para sentarse a coser, las sacaban los abuelos a la calle para tomar el fresco por la tarde, rodeaban la mesa para comer o nos congregaban para el descanso o la tertulia. A las niñas nos compraban una silla pequeña –la sillita, en el universo de los diminutivos- de la que guardo un grato recuerdo, porque mi madre le compró a mi hija una muy parecida muchos años después y también porque allí me sentaba yo cuando era pequeña, a escuchar las historias que contaban los mayores y los cuentos de mi abuela.

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