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Opinión

Ancho y ajeno

A pesar de nuestra mejor voluntad, ese sentimiento de ajenidad está ahí y contra él debemos luchar para que, como dijo Terencio, nada humano nos sea ajeno: se llama solidaridad y es la ternura hacia los otros

Ana Moreno Soriano

Jaén

Sábado, 17 de agosto 2024, 23:02

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Así califica el mundo Ciro Alegría en una de las novelas más representativas de la literatura hispanoamericana; es el relato épico de una comunidad de ... Perú que defiende su derecho a permanecer en su tierra, con su cultura y sus tradiciones, frente a la codicia de quienes pretenden expulsarlos para que puedan trabajar como peones en las minas y los campos de los nuevos dueños de vidas y haciendas. «Váyanse – les dicen cuando se resisten – , el mundo es ancho». Y, efectivamente, el mundo es ancho, pero también resulta ajeno para los miembros de la comunidad que tienen en ella sus señas de identidad y que son recibidos con hostilidad manifiesta, cuando intentan ubicarse en otro lugar. Que el mundo sea grande es bueno; que podamos conocer otros pueblos, otras culturas, otras formas de ver la vida supone, sin duda, un enriquecimiento intelectual y moral y, desde luego, si hubiera una sola comunidad, la humana, podríamos presumir de la vastedad del mundo sin preocupación y sin miedo.

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