Hace algunos días anunciaba Nicolás Sartorius, en un programa de TVE, el estreno de un documental que habían ideado él y Fernando Galindo sobre la ... Historia reciente de nuestro país, con un título tan sugerente como clarificador, La conquista de la democracia. El jueves, veinte de marzo, pudimos ver 'Se hace camino al andar' el primer capítulo de los seis que componen la serie, con guion y dirección de Arantxa Aguirre y la voz en off de Aitana Sánchez Gijón. Cuando empecé a verlo, pensé que TVE lo había emitido en una hora de buena audiencia –las diez de la noche- pero coincidiendo con un partido de fútbol de la Selección Española y llevándolo a la segunda cadena, La 2, -será porque es ahí donde se emiten los documentales- y, aunque sé que podemos ver televisión a la carta, también sé que se puede perder la ocasión de ver un buen programa si no es en directo y pienso, además, que programas como éste ganan si son compartidos, discutidos y analizados, es decir, ganamos quienes los vemos, tanto quienes estamos más cerca de los hechos que aparecen, como quienes llegaron décadas después, cuando España ya no era el país en blanco y negro del NO-DO.
Me pareció, sin duda, un buen trabajo que demuestra, como dice Sartorius, que Franco murió en la cama, pero la dictadura murió en la calle, porque la contestación al Régimen se empezó a organizar de manera consciente y acumulando fuerza política nada más terminada la Guerra Civil y se incrementa a final de los años cincuenta, cuando la lucha pasa de la guerrilla a las universidades, las fábricas y los barrios; para eso fue decisivo el PCE con su Mensaje a los Intelectuales, con los militantes comunistas que consiguieron entrar como representantes de los trabajadores en la estructura del Sindicato Vertical y, sobre todo, con la política de Reconciliación Nacional, aprobada por el Comité Central, en junio de mil novecientos cincuenta y seis.
En el documental podemos ver momentos decisivos de aquellos años en la Universidad: el Congreso Universitario de Escritores Jóvenes en mil novecientos cincuenta y cinco, como una forma de combatir el SEU, el Sindicato Español Universitario vinculado a la Falange; la expulsión de la Universidad, en mil novecientos sesenta y cinco, de los catedráticos García Calvo, López Aranguren y Tierno Galván y la solidaridad de José María Valverde, catedrático de Estética, que dejó escrito en la pizarra del aula 'No hay estética sin ética' o la asamblea del Sindicato Democrático de Estudiantes en Barcelona, en el año mil novecientos sesenta y seis, en el Convento de Capuchinos que fue rodeado y tomado por la policía.
También la clase obrera se organiza y presiona con la huelga en la cuenca minera de Asturias en el año mil novecientos sesenta y dos y en la huelga en la empresa Laminación de Bandas en Vizcaya que empezó en noviembre de mil novecientos sesenta y seis y se prolongó durante varios meses en Etxebarri, con numerosos testimonios del eco que tenían estas luchas dentro y fuera del país: las palabras de Dolores Ibárruri en las ondas de Radio España Independiente, el trabajo de las mujeres en apoyo de los trabajadores y la solidaridad de la parte más comprometida de la Iglesia.
En el documental encontramos el homenaje que un grupo de poetas rindió a Antonio Machado en su exilio en Colliure, en el vigésimo aniversario de su muerte y el regreso a España del dirigente comunista Julián Grimau, torturado y fusilado en mil novecientos sesenta y tres; escuchamos, entre otros, los testimonios de Armando López Salinas y de Menéndez Pidal y volvemos a emocionarnos con las canciones de Violeta Parra, de Raimon, de Serrat, de Chicho Sánchez Ferlosio, de Lluis Llach… Porque sabemos que venimos de esa memoria de lucha, que la democracia no fue otorgada sino conquistada. Y no queremos olvidarlo.
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