Allegado gratis
En breve se pondrá todo perdido de filólogos y deberemos atender diariamente al criterio de los fulanos versados en la interpretación de las palabras
Manuel Pedreira
Granada
Sábado, 5 de diciembre 2020, 00:50
Hará como quince años. Todos teníamos pasta gansa para gastar, la competencia apretaba y los hoteles lanzaban campañas agresivas de publicidad y ofertas estrambóticas. Ninguna ... como aquella que vi en el escaparate de una agencia de viajes, un lugar que solía frecuentar con el mismo ánimo lascivo que un soldado de domingo delante de una corsetería (la comparación me ha salido viejuna, vale). La cosa es que un papel de aquel escaparate varios hoteles ofrecían una semana en Maspalomas con pensión completa por 499 euros. «Y niños gratis», garantizaban.
Mi primer impulso fue llamar a un íntimo amigo que llevaba varios años intentando ser padre infructuosamente. «Carlos, deja de gastarte el dinero en clínicas. Vete a Canarias, una semana en la playa y te vuelves con un niño sin coste añadido. Lo que no sé es si puedes elegirlo o te dan el que esté disponible en ese momento». Todo eso pensé en decirle, pero al final cambié de idea y marqué el número de Rafael Lamelas (el padre, el auténtico, el bueno), hotelero de amplia experiencia y contrastados conocimientos Un sabio del sector. Rafael me sacó de dudas y me ahorró la llamada a mi amigo, que no habría hecho sino ahondar su desazón.
Me acordé de la historia de los niños gratis como recurso de marketing violento cuando leí que el ministro Illa ha llevado el concepto de 'allegado' al centro del debate. «Una persona que sin tener una relación familiar clásica con otra tiene una vinculación sentimental muy determinada», ha definido. Los hoteles, moribundos casi todos, se aferrarán al clavo ardiendo y empezarán a lanzar ofertas interesantes para las inminentes navidades. «Siete días en Tenerife en régimen de todo incluido. Allegado gratis». Y así podremos practicar el deporte nacional de saltarnos la norma mientras denostamos a quienes la incumplen.
Es apasionante. La definición de allegado ha generado controversia. Además de a Margarita del Val, en breve se pondrá todo perdido de filólogos y deberemos atender diariamente al criterio de los fulanos versados en la interpretación de las palabras, que a su vez inundarán las tertulias y los titulares de las web. 'Las cinco cosas que no conocías sobre la palabra perimetral'. '¿Cuál es el riesgo de no saber lo que significa incubación?', 'Las diez palabras que tienes que entender antes de morir'. Y todo eso.
La Junta anunció ayer que desecha a los allegados y lo deja todo en «reagrupamiento familiar». La esgrima dialéctica promete ser emocionante. Los partidos van a fichar a académicos de la lengua y en la próxima guerra nos tiraremos los diccionarios a la cabeza. Igual aprendemos algo.
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