El espectáculo que está ofreciendo la Junta de Andalucía y, en particular, el consejero de Sostenibilidad y Economía Azul (¿'azul', por?) respecto a la gestión ... que realiza como Administración competente en materia medioambiental ante el proceso de desecación que están sufriendo Las Salinas de Cabo de Gata es bochornoso. Es vergonzosa la desafección que muestra el exregidor del Ayuntamiento de Almería hacia este ecosistema del Parque Natural. Ya lo hizo siendo aún alcalde. El problema de Las Salinas se produjo cuando Ramón Fernández-Pacheco estaba al frente del consistorio almeriense y, entonces, no dijo ni una sola palabra al respecto. No mostró ningún sentimiento, ninguna emoción, ninguna iniciativa y, mucho menos, pidió celeridad a la entonces consejera responsable, Carmen Crespo, para que hiciera todo lo posible por devolver el agua del mar a Las Salinas. Ahora que está en la cúspide de las cúspides, no le queda otra que, al menos, responder a lo que se le pregunta, pero lo lamentable es que cuando habla demuestra su total desapego hacia el medioambiente y su desconocimiento sobre el daño que se ha hecho en este ecosistema cuyas consecuencias están aún por venir.
El desafortunado consejero Pacheco no mostró empacho en decir en la Comisión de Medio Ambiente del Parlamento algo que hiere a cualquiera con un mínimo respeto medioambiental y fue minimizar el daño natural. «No ha muerto ningún ave». Para el consejero azul este es el argumento por el que puede salir la Administración que representa impune de su mala gestión desde marzo, cuando supo –aunque calló– que se habían roto las canalizaciones privadas por las que el agua de mar era conducida a Las Salinas.
Estamos en noviembre. ¿Tendría que haber muerto algún ave para que su ilustrísima considerara importante lo que ha sucedido en Las Salinas? ¿No le parece suficiente al consejero de Sostenibilidad y Medio Ambiente que no haya ni una gota de agua salada en el humedal, que las obras que él mismo anunció que acabarían en octubre ni siquiera están dando ningún fruto y, lo peor, que las aves no han podido hacer este año lo que vienen haciendo toda la vida y por lo que Las Salinas tiene su sentido? ¿No le importa que pasen los días, las semanas, meses y que Las Salinas esté más seca que la mojama? No, porque «no ha muerto ningún ave». Ese es el nivel y mucho me temo que de la mano de Fernández-Pacheco vamos a seguir escuchando perlas de todo tipo porque cuando uno no se cree lo que hace, pasan estas cosas.
La Fiscalía no ve delito en nada, qué suerte, lo mismo que tampoco vio responsabilidad del Ayuntamiento de Almería cuando falleció el conductor de un coche en el túnel de la Goleta debido a que, según pensamos los demás, no se señalizó convenientemente en un día de lluvia torrencial en el que se tenía que haber impedido el paso puesto que el aviso ya se había dado y pasó con su vehículo con el túnel impracticable. Ahí sí murió alguien y ahí sí estaba él al frente del Ayuntamiento de Almería, pero tampoco importa. Ni las aves ni los muertos. En gloria estén.
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