Qué peligro tiene el arte
Alfredo Ybarra
Martes, 23 de mayo 2023, 22:56
Escribo al hilo de un episodio que me impresionó de tan admirable y humano. El pasado sábado tenía lugar en Andújar la entrega por parte ... del Ayuntamiento de la ciudad, con la colaboración de la peña flamenca Los Romeros, del galardón Rafael Romero El Gallina', en su vigésimo segunda edición, a Eva 'La Yerbabuena'. Bailaora, coreógrafa, Eva María Garrido García, Eva 'La Yerbabuena', artista de renombre internacional, premiada con los más altos reconocimientos que se pueden recibir en su género: académica de las Artes Escénicas de España, Premio Nacional de Danza, Premio Giraldillo a la mejor bailaora, Premio Time Out, Medalla de Andalucía, Premio Compás del Cante, Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes, varios premios Max de las artes escénicas,… nos regaló a los asistentes al acto, una enorme lección de humildad, sencillez, y grandeza humana y artística. Cualidades que distinguen a las personas verdaderamente importantes, a los personajes de verdad cimeros. Como digo, me impresionó contemplar en el escenario iliturgitano a la artista, a la persona, emocionada entre lágrimas y escuchar sus francas y entrañables palabras mientras recibía el premio, dictando una magnífica lección magistral. Habló de su vida, de su familia, de su trayectoria, donde ha imperado el esfuerzo y el trabajo duro, del fundamental papel en nuestra realidad, y por tanto en la actividad de cada uno, de la esencial gratitud, de los sueños y del amor; de esa pasión, de ese amor incondicional, que es necesario inyectar a lo que uno hace. Habló de la necesidad de tener los pies en el suelo, de nunca perder el referente de la gente de a pie. Subrayó que el arte es maravilloso, que está lleno de magia, pero que es peligroso si el artista se deja llevar por la vanidad, por la soberbia y por el conformismo. Y es que, decía, el artista, debe ser ante todo persona. Y entre otras cosas apuntaba que llegue a donde llegue uno, el esfuerzo como camino, es la mejor recompensa.
Trato de asimilar las palabras de esta gran flamenca y al mismo tiempo vuelvo a recordar cómo el arte, la cultura, históricamente conllevan un sesgo peligroso, especialmente para los pontificadores de cada momento. En general la cultura per se es inconformista y mueve a la mirada inconformista, a la reflexión crítica. El arte es peligroso porque pellizca nuestra sensibilidad, porque nos empuja a pensar y a mirar hacia un abismo inconmensurable. Por eso las metáforas del arte se extienden más allá de los límites trazados (impuestos) y las interpretamos desde nuestra perplejidad existencial. Las artes plásticas, la literatura, la danza y el baile, la música, el teatro, la propia lectura…,nos llevan a un espacio desconocido, a agitar los significados comunes, a una interpretación subjetiva de la existencia y de los sueños. Nos incitan a pensar desde la autoconciencia, desde las intuiciones propias de uno mismo. La cultura nos hacer ser una conciencia pensante, como diría San Agustín, y eso para ciertas jerarquías es peligroso, una permanente amenaza. Cómo no va a ser peligrosa la cultura si lo que prevalece y se fomenta hoy es un remedo de la misma, tan vulgar como chabacano. Y es que la ordinariez es inversamente proporcional a la cultura trascendente. Realmente, vivimos un desdoro del conocimiento, del discernimiento creativo propio del ser humano. Debemos de mirarnos en el arte porque el arte nos enseña a mirar la vida desde todos los ángulos, también en su profundidad más honda, y así nos propone entenderla. En definitiva, a ese vértice me llevaron las emocionadas palabras de Eva 'La Yerbabuena'.
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