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Paseo de la Estación de la capital jienense. A. Cubillo
Donde agitan las palabras

Otoño, sereno misterio

Son días estos que favorecen los silencios, la lentitud, que hacen que abramos de par en par nuestra capacidad de observar por deleite.

Alfredo Ybarra

Jaén

Martes, 21 de octubre 2025, 23:24

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Escribo cuando parece que el otoño se reajusta y quiere, si, tan hostiles al compás climático como somos, le dejamos, con tanta política bochornosa, con ... las lluvias tardías e inciertas, volver a su ser. Intento sentirlo mientras escucho el otoño porteño de Astor Piazzolla, o ese otro otoño del Oratorio de Joseph Haydn en Las estaciones. Evoco al filósofo Xavier Wheel cuando percibo como el otoño es un andante melancólico y perspicaz, un caminar de paseo que prepara prodigiosamente el solemne adagio, con su lento paso, del invierno. Noto que sensitivamente el otoño es más la estación del alma que de la naturaleza. Son días estos que favorecen los silencios, la lentitud, que hacen que abramos de par en par nuestra capacidad de observar por deleite y no por obligación. Necesitamos este tiempo de atenuada luz, que el moderado sonido de la música andante nos llene y nos recuerde quienes éramos y quienes podríamos ser. Juan Ramón Jiménez en su poema Otoño escribía: «En una decadencia de hermosura, / la vida se desnuda, y resplandece/ la excelsitud de su verdad divina».

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