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Donde Agitan las Palabras

Autoengañarnos para eludirnos

El autoengaño nos ayuda a eludir, reprimir, o incluso negar ciertas verdades o situaciones desalmadas.

Alfredo Ybarra

Martes, 28 de mayo 2024, 23:58

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Hace ya años que leí que la cualidad más inherente a nuestra condición de humanos es seguramente el autoengaño. El engañarnos a nosotros mismos es ... una peculiar habilidad de supervivencia propia de nuestra especie, verdaderamente única y de inigualable utilidad en tantos momentos de prueba y vulnerabilidad que nos depara la vida. Una estrategia que nos confiere una valiosa estabilidad para imbuirnos con aptitud en la palestra social. Gracias al autoengaño superamos una realidad mordaz con una ilusión reparadora, contrarrestamos una verdad inexorable con un embuste benevolente, justificamos una conducta insufrible con una excusa convincente. Muchos son los animales que utilizan tretas engañosas con el fin de despistar a otros animales (el zorro o la zarigüeya acosados simulan estar muertos para despistar al agresor, o esos chimpancés que para salvarse cojean delante de un macho dominante,…) Pero mientras estos animales no dudan de lo que son, los humanos nos dejamos engañar, inconscientemente, por nuestras propias fantasías, o como dice Friedich Nietzsche, «interpretamos el mundo a través de nuestros deseos». La diferencia entre mentira y autoengaño se encuentra en que, en la mentira, somos conscientes de la impostura, mientras que en el autoengaño proponemos como verdad, desmayada, una realidad que es falsa.

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