Advertencia europea
Editorial ·
Los problemas del campo español no podrán resolverse sin que las ayudas de la UE se orienten hacia la innovación y la sostenibilidadViernes, 21 de febrero 2020, 00:11
Las organizaciones y sindicatos agrarios llevan un mes de movilizaciones y 'tractoradas', haciendo visibles reivindicaciones que enlazan con las necesidades de la España rural. Un ... movimiento sin precedentes por los niveles de participación y unidad alcanzados, su mantenimiento en el tiempo, y la simpatía de que goza en el conjunto de la sociedad. Pero ni la protesta es reflejo de un único problema, ni tiene sentido pensar en una solución total. Porque hay sectores que dependen sustancialmente de las ayudas europeas, otros que libran una difícil competencia frente a países terceros, y hay quienes precisan una urgente integración cooperativa e industrial. La presunción general de que la concentración distribuidora actúa como cuello de botella del futuro agrícola y ganadero requeriría precisar en qué medida la cadena de valor genera comportamientos abusivos; en qué productos, en qué punto de la comercialización y en qué magnitud. Dictamen que correspondería realizar a la CNMC para distinguir entre posiciones dominantes que merezcan reproche y corrección administrativa, y aquellas situaciones propias de la libertad de mercado.
El Ejecutivo de coalición entre PSOE y Unidas Podemos no debiera atenuar su lógica inquietud con pronunciamientos de empatía hacia las movilizaciones –como la llamada del vicepresidente Iglesias a que sigan «apretando»–, mientras convierte las distintas problemáticas en una parcelación de las competencias de que disponen los distintos ministerios. No cabe pensar en una solución total a los diversos desafíos de un mundo tan heterogéneo. Pero el Gobierno ha de centrar su política al respecto, empezando por reconocer sus propios límites institucionales, evitando adoptar medidas inmediatas que pudieran ser contraproducentes, y renunciando a alentar expectativas que no estén fundamentadas. Las diferencias que afloraron ayer en el Consejo Europeo, entre España, Francia y Portugal por un lado y los países del centro y norte de la Unión por el otro, señalan que los problemas de la agricultura y la ganadería no podrán resolverse sin abordar su redimensionamiento empresarial. Sin que las ayudas europeas a las explotaciones agrarias y a la cohesión territorial se orienten de manera más decidida hacia la innovación tecnológica y la sostenibilidad medioambiental.
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