Lo que dice el CIS es más o menos lo que dice la gente que va a pasar. Que no es lo mismo que lo ... que le gustaría que pasase. Lo escribí hace ya varias semanas: la única incógnita de las elecciones del próximo domingo es saber si Moreno Bonilla podrá gobernar solo o lo hará en compañía de otros.
Por lo que escucho y leo, Moreno Bonilla va a cosechar votos en los caladeros tradicionales del PP, se va a llevar la mayor parte de los de Ciudadanos y los de centro e incluso va a sumar algunos de esas izquierdas moderadas que de ninguna manera quieren ver a la ultraderecha en San Telmo. Moreno Bonilla, más que viento de cola, lleva todo un huracán impulsándole.
Nótese que escribo Moreno Bonilla y no PP. La gente no habla de las siglas ni del partido. Lo hace de su líder andaluz. Lo que es un aviso para navegantes de cara a las próximas municipales y, sobre todo, a las generales.
El sondeo del CIS abunda en lo que ya es tendencia en la España autonómica: las izquierdas más o menos ultras y las confluencias más o menos amables están de capa caída y su desunión hará que el batacazo sea más estruendoso. El PSOE se va a quedar como la Puerta de Alcalá, viendo pasar el tiempo, y Ciudadanos aún podría raspar algún escaño.
En Jaén va a pasar factura lo de haberse llevado la Base Logística del Ejército de Tierra a la patria chica de Carmen Calvo, entre otras desatenciones y ninguneos, y la gran duda es el número de escaños que sacará Vox y si su voto será necesario para formar gobierno. O su abstención.
Hace bien Moreno Bonilla en alejar a Ayuso de Andalucía, que con una supervedette del histrionismo vamos sobrados. Comienza la campaña. Pocas sorpresas y menos diversión nos va a deparar. Como el CIS, tan soso.
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