Abortos y teléfonos
Puerta Purchena ·
«El innombrable, es un partido abiertamente misógino y ha dicho públicamente que quiere acabar con derechos ya consolidados de la sociedad, como es la Ley contra la Violencia de Género y, ahora, la Ley del Aborto»La extrema derecha ha perdido ya hasta la originalidad a la hora de pretender hostigar a la sociedad. Como no daba de qué hablar y ... como las preocupaciones y ocupaciones de la gente están a otras cosas, tiene que llamar de alguna manera la atención para justificar a sus votantes que su acción no ha sido en vano, que ellos siguen ahí así como su deseo de cargárselo todo para hacer una España vintage y no les van a defraudar. De los tres pilares que forman parte de su purulento ideario –misoginia, homofobia y xenofobia– han comenzado el año con el primero de ellos, su odio a las libertades y derechos conseguidos por y para las mujeres. Entiendo que después cargarán contra las personas homosexuales y, a final de año, llegará el turno de la población migrante.
La intención del Gobierno de Castilla y León de obligar a las mujeres que quieren interrumpir voluntariamente su embarazo a escuchar el latido del corazón del feto es toda una barbaridad y la ultraderecha era plenamente consciente de la reacción que su iniciativa provocaría en la sociedad normalizada. Eso está en su cabeza, así son y así lo llevan a gala y no entiendo cómo se puede sorprender alguien con esta idea de la extrema derecha de este país.
El innombrable, es un partido abiertamente misógino y ha dicho públicamente que quiere acabar con derechos ya consolidados de la sociedad, como es la Ley contra la Violencia de Género y, ahora, la Ley del Aborto. Esto no se ha filtrado en un grupo de WhatsApp como tampoco se ha escrito en una servilleta de bar, sino que lo llevan en su programa electoral. En este sentido, quienes acceden a formar un gobierno con estas criaturas deberían saber que la bomba les va a estallar en algún momento en sus manos. Y es lo que ha ocurrido en Castilla y León. Quien lanzó la idea fue el vicepresidente de la Junta de esta comunidad autónoma, el segundo miembro más importante del Gobierno castellanoleonés y presente en los Consejos de Gobierno, donde se abordan estas cuestiones. Uno de los muchos órganos adscritos a su cartera es la Dirección General de Relaciones con la Sociedad Civil. Si esto no es estar en el Gobierno de Castilla y León, al menos, se parece mucho. Pues bien, en Andalucía, comunidad en la que gobierna el PP, ahora en solitario, y antes con Ciudadanos y la autorización de la extrema derecha, esto no parece inquietar.
Es lógico que los periodistas pregunten a Moreno Bonilla qué opina sobre esta cuestión, toda vez que también cuenta con experiencia en la gestión junto (cerca, próximo, llámalo 'x'), a la ultraderecha. El presidente andaluz dijo que no era una cuestión de gestión porque el innombrable partido «no está en el Gobierno» de Castilla y León. Parece que Moreno Bonilla precisa de una lección exprés de formación de gobiernos en coalición, algo que incomprensiblemente debería tener reciente porque así estuvo con Ciudadanos en la Junta no hace ni medio año. Igual de ignorante y, además, arriesgada, fue la reacción de la consejera de Igualdad a la que parece que le han salido ovarios de repente mientras que ha estado callando los atropellos de la extrema derecha a las mujeres en Andalucía durante cuatro años. Uno de ellos es la imposición del teléfono de violencia intrafamiliar que Loles López no ha quitado; una operación que debería abortar.
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