Pueblos de Granada
La vuelta del baile de las ánimas por Navidad a HuénejaLos vecinos del municipio recuperan la tradición del siglo XVI después de 30 años y actúan durante dos días frente a las casas de sus paisanos
La Navidad en Huéneja va de la mano de roscos fritos, mantecados caseros y pan de aceite cocido en hornos de leña, como en cualquier ... pueblo. Pero este año también vuelve a estar ligada a su tradicional baile de ánimas, una celebración que se perdió hace tres décadas y que sus vecinos han recuperado estas fiestas porque reconocen que era «parte de la vida» y «esencia» del pueblo y porque la costumbre va unida al recuerdo de las Navidades que pasaron con sus padres y abuelos. Fueron ellos mismos quienes les enseñaron cada una de sus canciones y pasos, por lo que quieren cumplir con la misma tarea con los jóvenes que quedan en la localidad para seguir escribiendo su propia historia y que estos, a su vez, se la transmitan a sus descendientes.
La migración de algunos vecinos a otros países o ciudades para trabajar hizo que poco a poco se perdiera la costumbre, pero los vídeos que todavía guardan de aquellos años provocó que hace solo un mes Juani se replanteara la posibilidad de recuperar la tradición y se pusiera manos la obra con el resto de habitantes. «No tuvimos ninguna duda, esto había que sacarlo adelante», cuenta mientras confiesa que la propuesta tuvo muy buena acogida entre el resto de paisanos de la localidad. Desde entonces, se han reunido varios días a la semana para ensayar y han puesto en común las distintas partes de las que consta el espectáculo para llegar a punto a los días en cuestión.
Al igual que Juani, otras mujeres del pueblo han aprendido a tocar las castañuelas. Algunos vecinos practican también acordes de guitarra con ayuda de un profesor que se ha encargado de dar clases en el municipio y así poco a poco han aportado su granito de arena en la organización de un grupo que se compone por decenas de personas y que integran el conocido grupo de las ánimas de Huéneja. De casa en casa, sus habitantes volverán estos 28 y 29 de diciembre a bailar y cantar en las puertas de sus habitantes en busca de un donativo que hace años se recogía en forma de comida, enseres y otros objetos y que, posteriormente, se subastaban en la plaza del pueblo para conseguir un dinero que posteriormente se destinaba al mantenimiento de la ermita de las ánimas al ritmo de seguidillas y fandangos.
Mientras apuran las horas de los últimos ensayos frente al conocido árbol de Navidad hecho de crochet del pueblo, sus habitantes comprueban las notas de la música para que todo salga a la perfección una noche que llevan años de espera. Muchos de sus abuelos conocieron a sus esposas en la celebración de esta fiesta, un encanto añadido con el que sus residentes también pretende recuperar los lazos de unión entre los vecinos de la localidad. «Se enamoraron en el baile de ánimas y mantuvieron la tradición de generación en generación», cuentan sobre sus antepasados. En ellos pedían salir a las chicas con las que posteriormente bailaban y a quienes cortejaban. «Es parte de nuestra historia», añaden. A la recuperación del baile, se le une la vestimenta. Trajes tradicionales con refajos bordados con corpiños y pantalones de la época del siglo XVI que han vuelto a usar, aunque ahora la limosna que reciben es diferente y lo que obtienen lo donan y no lo subastan.
A pesar de ser el primer año después de 30 en el que lo celebran, aseguran que trabajarán desde principios de 2024 para su mantenimiento y que también recuperarán otras canciones típicas que guardaban en libros sobre la historia del pueblo. «La tradición del baile de las ánimas ha vuelto para quedarse», sentencian.
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