Torra avisa de que la relación entre Cataluña y España cambiará «para siempre»

Torra trató de enviar una imagen de unidad, tras semanas muy tensas en el independentismo, y aprovechó para comparecer y lanzar mensajes tanto al Gobierno central como a la comunidad internacional. A Pedro Sánchez y a los poderes del Estado, el dirigente nacionalista les hizo una advertencia. «El juicio cambiará para siempre nuestro país y su relación con el Reino de España», afirmó. Nada será igual tras la causa penal en el Supremo, según el líder nacionalista, que confía en que el juicio sirva para superar el 50% de los votos y pueda actuar de acicate para una nueva fase del proceso. Aun así, Torra tendió la mano al presidente del Gobierno español para buscar una salida dialogada a la cuestión catalana, pero sin renunciar a las exigencias de máximos. Y pidió «valentía y coraje» a Sánchez para que garantice una «negociación» para el «ejercicio del derecho de autodeterminación de Cataluña». Solo así, entiende el jefe del Ejecutivo catalán, España podrá «homologarse a las democracias plenas y avanzadas del mundo». Torra convocó para el martes la mesa de diálogo entre partidos catalanes que tenía que haberse celebrado este viernes

El segundo destinatario del discurso institucional que el presidente catalán pronunció desde el Palau de la Generalitat, con el gobierno al completo, fue la comunidad internacional, a la que reclamó que salga en «defensa de los principios y valores que deben hacer del mundo un lugar más justo y libre». En plena campaña de imagen del Gobierno español en el exterior, Torra pidió que se siga de cerca el juicio, desde el argumento de que el problema de los catalanes también los es de la UE. «El problema de los procesados es también un problema de la comunidad internacional y de la UE», afirmó en su alocución, pronunciada en su mayoría en inglés (y en catalán). «Somos ciudadanos europeos con unos derechos y unas libertades que deben ser protegidos por las instituciones comunitarias», alertó.

Torra insiste en presentar el juicio como una causa contra la democracia, contra la autodeterminación y como parte de una estrategia del Estado, «premeditada», para «liquidar la expresión y la voluntad democrática de los catalanes».