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Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, tras pactar los Presupuestos. EP
Sánchez se vale del acuerdo con Podemos para alejar el fantasma de un adelanto electoral

Sánchez se vale del acuerdo con Podemos para alejar el fantasma de un adelanto electoral

El presidente del Gobierno está «convencido» de que aprobará las cuentas y agotará la legislatura

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Viernes, 12 de octubre 2018

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Pedro Sánchez pretende agotar la legislatura. Aguantar en la Moncloa hasta 2020 y convocar elecciones entonces, cuanto toca. Lo anunció en su primer día al frente del Gobierno y ayer, cuatro meses después, lo reiteró en su estreno como presidente en los actos del 12 de octubre. «Solo contemplo las elecciones de Andalucía y las municipales, autonómicas y europeas del año que viene», aseveró en un corrillo informal con periodistas durante la recepción en el Palacio Real.

La duración de la legislatura pasa de forma inexcusable por aprobar los Presupuestos Generales del Estado de 2019 y el Ejecutivo ya ha avanzado el primer paso para conseguirlo. El acuerdo alcanzado con Podemos, con el que suma 151 diputados, es para Sánchez lo suficientemente sólido como para presentar un proyecto presupuestario en el Congreso. Eso sí, sin demasiadas prisas. Su intención es llevarlo a la Cámara baja entre finales de noviembre y principios de diciembre.

Solo entonces se sentará a negociar con los independentistas catalanes y los nacionalistas vascos, que son determinantes para que el Ejecutivo pueda sacar adelante sus cuentas para el año que viene. Sánchez necesita contar al menos con los cinco votos del PNV y los nueve de Esquerra, más la abstención de los ocho diputados del PDeCAT, y ahí reside la principal dificultad. Las dos formaciones independentistas insisten en la necesidad de que haya pasos sobre la autodeterminación y los políticos presos antes de dar su 'sí a los Presupuestos. Pasos, en principio, que el Gobierno no está dispuesto a dar.

Pero en la Moncloa son optimistas con el apoyo de Esquerra y PDeCAT. Disolver el Congreso llevaría consigo el riesgo de que unas nuevas elecciones permitieran un gobierno de Ciudadanos y PP, partidarios de aplicar nuevamente el artículo 155 en Cataluña. La vicepresidenta, Carmen Calvo, advirtió ayer a los dos partidos soberanistas de que está en sus manos decidir si quieren tener recursos para gobernar y resolver los problemas de los catalanes o no resolver nada y seguir en un escenario de presentar al Ejecutivo central como enemigo.

El entendimiento con el PNV se antoja menos complicado para Sánchez y su gabinete. El partido dirigido por Andoni Ortuzar supedita su aval a las cuentas públicas al cumplimiento de los compromisos adquiridos con el anterior Ejecutivo de Mariano Rajoy, algo a lo que ya se comprometió el líder del PSOE durante las negociaciones que hicieron prosperar la moción de censura. Fuentes nacionalistas aseguran que van a estudiar a fondo el acuerdo firmado entre el PSOE y Podemos y que, a partir de ahí, harán sus propuestas.

Filtro en Bruselas

El presidente del Gobierno reconoció que la negociación presupuestaria va a ser complicada, pero dijo estar «convencido» de que las próximas cuentas del Estado saldrán adelante. Para ello necesita el apoyo de la mayoría simple de la Cámara, es decir 156 escaños. Una situación que, según recordó Sánchez a los periodistas, ya superó en su día José María Aznar. Aunque lo primero es que Bruselas dé el visto bueno al borrador que el Gobierno le remitirá este lunes. Un trámite que Sánchez confía en superar sin problemas y que permitirá a su vez crear empleo y cumplir a la vez los objetivos de déficit y deuda.

No piensa lo mismo el presidente del PP, Pablo Casado, quien ayer también debutaba en los salones del Palacio Real como principal líder de la oposisición. El dirigente popular cuestionó no sólo los Presupuestos que presentará el Gobierno de Sánchez, que calificó como «una broma de contenido y de forma», sino las alianzas que debe conseguir para sacarlos adelante.

El líder de Ciudadanos, Albert Rivera, también reprochó a Sánchez que haya pactado las cuentas del Estado con un partido, Podemos, que ha reprobado al Rey en el Parlamento catalán.

El presidente ficha al sociólogo de cabecera de Iglesias

El gabinete de Pedro Sánchez en la Moncloa, dirigido por el consultor político Ivan Redondo, tiene un nuevo miembro. El fichaje de Jaime Miquel, el que fuera sociólogo de cabecera de Podemos, viene a reforzar la idea de que el presidente del Gobierno ha querido conformar un equipo más pensado para el diseño de una estrategia electoral que para la logística de la Administración del Estado, como fueron los de sus predecesores. Miquel fue el ideólogo de la lucha entre la nueva y la vieja política y también es defensor del reconocimiento de la plurinacionalidad de España.

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