Casado aboga por recuperar las competencias de prisiones cedidas a la Generalitat

Fue en diciembre de ese año cuando el Ejecutivo socialista de Felipe González aprobó un real decreto que traspasaba al Gobierno de Cataluña la administración penitenciaria. Ahora, el PP, sin embargo, aboga por revertir la situación para garantizar, argumentan los conservadores, que los dirigentes independentistas cumplan las penas y evitar un «régimen diferenciado» en la cárcel de Lledoners que favorezca a los líderes catalanes.

«La posible discrecionalidad para conceder el tercer grado -advirtió en una entrevista en A3- no se debería producir y el Gobierno tiene que recuperar esas competencias si eso sucediera». En realidad, según la legislación vigente, la Fiscalía, como reconocieron en privado fuentes del PP, puede pronunciarse en contra de una medida de este tipo acordada en el centro penitenciario y sería un juez de vigilancia el encargado de resolver.

Aun así, los populares mantuvieron este lunes su compromiso de revocar las transferencias en esta materia; una promesa que, en realidad, no es nueva. Tampoco lo son algunas otras propuestas. El PP plantea, por ejemplo, reformar el Código Penal para recuperar el castigo por la convocatoria de un referéndum ilegal o modificar la legislación para prohibir los indultos a los condenados por sedición o rebelión. Casado pidió, en todo caso, al Gobierno que descarte la medida de gracia para los líderes del proceso secesionista.

Además, el presidente del PP, dado que la sentencia tan sólo contempla el delito de sedición, apostó por modificar en el futuro el tipo penal de rebelión para ampliarlo y que una declaración de independencia sin el uso de la fuerza pueda encajar en este apartado.

Por otro lado, anticipó que, en caso de gobernar, promoverá en la UE un cambio en la euroorden para que la entrega de los procesados por rebelión o sedición sea automática. No fue el único dirigente político en pronunciarse durante la jornada.

El líder de Ciudadanos celebró el fallo y volvió a reclamar a Pedro Sánchez una reunión «de Estado» y «urgente» sobre la situación en Cataluña. «Necesitamos sentarnos en la misma mesa para defender juntos lo que es de todos: la libertad y la seguridad», reivindicó Albert Rivera en el Congreso. Se mostró, además, partidario de que ese encuentro sea a tres bandas, con la presencia del PP, y apostó por un acuerdo para velar por el cumplimiento íntegro de las penas.

El secretario general de Podemos destacó que la sentencia deja claro que «no hubo violencia» y advirtió de que el fallo pasará a la historia como «símbolo de cómo no hay que abordar los conflictos políticos». Pablo Iglesias llamó a «arremangarse» por reconstruir puentes y censuró que Sánchez hable de «cumplimiento íntegro» de las penas: «Es una prueba más de su apuesta por gobernar con el PP». Recordó que en España se indultó al «jefe» del 23-F, Alfonso Armada.

Vox, que ejerce de acusación popular, anunció que recurrirá el fallo al considerar que «hay un golpe de Estado vivo» y una «rebelión en marcha en Cataluña». «Nos parece una sentencia muy desacertada y, evidentemente, al gusto de Sánchez, que ha salido inmediatamente a aplaudirla», censuró el presidente de la formación, Santiago Abascal. A su juicio, los magistrados reducen los hechos a «poco más que una algarada callejera».

El lehendakari Iñigo Urkullu calificó de «nefasta» y de «despropósito» la sentencia del Supremo sobre el ‘procés’. Además también considera que «no cierra nada», por lo que ha llamado a buscar una solución que impida «el choque de trenes». Tras expresar su solidaridad y «cercanía» a los condenados, reclamó «inteligencia» para abordar «un proceso y una mesa de negociación política» para lo que considera «un Estado-Nación heterogéneo».

La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, pidió a Sánchez que «empatice» con los condenados por el Supremo ante la «crueldad» de la sentencia, es decir, que los indulte. Colau argumentó que solo la libertad de los que ella catalogó de «presos políticos» devolverá la «normalidad democrática» a Cataluña y aseguró que ella trabajará para conseguirla. «La distancia ideológica nunca puede ser excusa para dejar de empatizar», insistió.