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Albert Rivera, líder de Cs. Efe
El primer gran revés para el liderazgo de Rivera

El primer gran revés para el liderazgo de Rivera

La oposición le llega al presidente de Ciudadanos desde pesos pesados del partido

Ander Azpiroz

Madrid

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Lunes, 24 de junio 2019, 19:44

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El liderazgo de Albert Rivera sufre su primer gran revés interno con las renuncias de Toni Roldán y Javier Nart. Hasta el día de ayer, tras cada reunión de la dirección nacional, los portavoces de la formación comparecían ante los medios para explicar las medidas adoptadas en la reunión, que siempre eran tomadas por una misteriosa unanimidad. Y es que Rivera, escoltado por José Manuel Villegas o Inés Arrimadas, parecía inmune a las conspiraciones que han hecho tambalearse los liderazgos en PSOE, Partido Popular o Podemos.

Los episodios de disensión interna en la formación liberal se contaban con los dedos de las manos. Y todos, además, tuvieron el mismo desenlace: la salida de la formación de los dirigentes díscolos. Así, por ejemplo, la eurodiputada Carolina Punset dio un portazo al abandonar el partido en 2018 con una dura carta. «Todo lo que no sea la aplicación del 155 del señor Rivera sea señalado con el dedo. Te riñen, por hablar con Puigdemont, con personas de ERC, con cualquiera que no esté en el bloque del 155. Penoso», criticó la también excandidata a la Presidencia de la Comunidad Valenciana.

Hace diez días, Francesc de Carreras, uno de los fundadores de la formación liberal, publicó un artículo en 'El País' en el que definió a Rivera como «un adolescente caprichoso que da un giro estratégico de 180 grados y antepone supuestos intereses de partido a los intereses generales de España».

El problema en esta ocasión es que, aun en clara minoría, la oposición le llega al presidente de Ciudadanos desde pesos pesados del partido que, en el caso de Luis Garicano, permanecerán en la dirección nacional. Rivera deberá ahora elegir entre dos caminos. Mostrar mano izquierda para evitar que la tensión vaya en aumento o aplicar mano dura con todo aquel que ose plantarle cara, por muy importante que sea en el partido.

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