Fórum Filatélico, un caso sin sellar
A los pequeños ahorradores afectados por una de las mayores estafas de la historia de España les hierve la sangre: tras quedarse sin su dinero, se les tomó por listillos que se dejaron llevar por la avaricia. "Nueve años después, seguimos sin respuestas", denuncian. Hoy comienza el juicio civil
irma cuesta
Jueves, 9 de abril 2015, 00:29
Si un cáncer no hubiera acabado matándolo, Carmelo estaría hoy en Madrid apostado frente al Juzgado de lo Mercantil número 7 esperando a que el ... juez señale a los administradores de Fórum Filatélico como responsables de llevar a la quiebra la empresa en la que su familia invirtió todo lo que tenía. Carmelo, aseguran sus amigos, firmó su sentencia de muerte el día que decidió dejar su dinero en manos de la firma que por aquel entonces capitaneaba Francisco Briones. Para alguien como él, un currante de Barakaldo, era difícil saber si estaba tomando la decisión adecuada, pero todo hacía pensar que no tendría por qué arrepentirse; al fin y al cabo, Fórum Filatélico era una empresa laureada por propios y extraños (incluso Dun & Bradstreet le había concedido la triple A), el Gobierno de España la recomendaba, y al entonces ministro de Justicia, el canario Juan Fernando López Aguilar, se le hacía la boca agua cuando, de vez en cuando, su nombre se le colaba en un discurso. De manera que, mientras Fórum seguía acumulando padrinos, una mala mañana de hace ya casi 20 años el hombre cogió los cien mil euros que le habían dado a su hijo después de que un accidente de tráfico le llenara el cuerpo y el alma de cicatrices, y se dedicó a forjar la idea de que, cuando él y su mujer murieran, el chaval tendría suficiente para procurarse la atención que ellos ya no podrían ofrecerle.
Todo habría resultado bien si no fuera porque el 9 de mayo de 2006 la Audiencia Nacional ordenó la intervención de las hasta entonces solventes Afinsa y Fórum Filatélico, sociedades de inversión de bienes tangibles sellos en concreto, después de pasar meses manejando pruebas de una supuesta estafa piramidal, blanqueo de dinero, insolvencia punible, administración desleal, delitos contra la Hacienda pública y falsedad documental. Una lista de delitos casi tan contundente como la del supuesto desfase patrimonial:cerca de 4.000 millones de euros, a los que habría que sumar otros 1.750 de fraude fiscal y estafa.
Durante casi tres décadas, tanto Afinsa como Fórum Filatélico ofrecieron rentabilidades fijas alegando la revalorización permanente de los sellos en los que aseguraban invertir el dinero que recibían de sus clientes que, solo en el caso de Fórum, llegaron a ser 300.000. El problema, sin embargo, fue que olvidaron que cualquier bien tangible, ya sean sellos o uvas pasas, vale más cuando más escasea, y a ellos debió írseles la mano comprándolos por millones. Fuera como fuera, aquel día de mayo los planes de Carmelo, como los de los otros cientos de miles de afectados, saltaron por los aires.
Una batalla en dos frentes
A las puertas del juicio civil que esta semana decidirá de una vez por todas si los administradores de la empresa son culpables de haber llevado la sociedad a la quiebra y haber dejado un agujero de casi 4.000 millones, el colectivo de afectados, que no esconde las ganas de ver cómo el magistrado señala con el dedo a los que considera responsables civiles de su infortunio, hace ya tiempo que tiene la vista puesta en la otra vía, la penal, por la que discurre la investigación. Ocho años de instrucción, medio millón de folios y 115 comisiones rogatorias remitidas a 25 países acabaron a finales del año pasado con el procesamiento de los 32 responsables de construir este fraude piramidal a gran escala en su beneficio. Por eso, a la espera de que se fije la fecha de ese otro juicio penal, Antonio Cuartero, abogado madrileño de 51 años, asegura que esa es la verdadera batalla por librar.
Antonio cuenta que su entrada en Fórum Filatélico fue similar a la de otros miles de pequeños ahorradores. «Mi mujer y yo tenemos un pariente que fue uno de los que en su día montaron la empresa. Él fue quien nos animó hasta que terminamos metiendo algo de dinero; pero, por lo que a mí respecta, no es tanto recuperar lo que invertí, que no era mucho, como luchar por que algo como esto no pueda volver a producirse. Por eso, aunque estamos a las puertas de un paso importante dentro de la vía civil, muchos consideramos que el frente verdaderamente serio es el penal. Creemos que hay indicios suficientes de responsabilidades en ese ámbito: ahí está la decisión del juez Ruz de procesar a 32 personas, a las que se les acusa de estafar 3.702 millones de euros».
A los afectados, de todas formas, no solo les reconcome saber que han perdido la mayor parte de sus ahorros solo han recuperado en estos años el 10,5%; les vuelve locos pensar que, cuando se descubrió la estafa, la mayor parte de los españoles los tomaron por el tipo de espabilado que, cuando los bancos ofrecían un 2,5% por los depósitos a plazo fijo, se había dejado arrastrar por la avaricia. Por eso Javier López Castro, un madrileño de 46 años, comercial, guía de montaña, y presidente desde 2010 de la Asociación Madrileña de Afectados, se molesta recordando que durante años se refirieron a ellos con cierto desprecio. «No fue nada de eso. Fue simplemente un tema de confianza; estábamos frente a una empresa que llevaba cerca de 27 años generándola, reforzando esa imagen con la ayuda de los poderes públicos; de todos». El suyo, dice, no es el más grave, pero desde que entró a formar parte de la asociación, asegura haber analizado decenas de casos sangrantes. «El 80% de las familias que invirtieron su dinero en Fórum son familias trabajadoras que han visto cómo perdían todo lo que habían ahorrado con tanto esfuerzo para asegurarse una jubilación tranquila o proteger a la familia que dejarían aquí cuando ellos murieran. Escuchamos casos dramáticos, como el de Carmelo, todos los días. Por eso ahora, cuando vemos cómo a los que invirtieron en preferentes se les ha calificado de afectados o damnificados desde el primer día, se nos encoge el corazón. Nosotros también lo somos y, sin embargo, durante años nos llamaron de todo menos eso y, por su fuera poco, llevamos casi diez años sin obtener respuestas».
Juan Carlos Polos es la voz de la Federación de Afectados de Euskadi. Cerca de 12.000 que esperan ver en la cárcel, si no a todos, al menos a alguno de los que les han llevado a la ruina y que, de momento, han resuelto el asunto con unos pocos meses entre rejas. 52 años y administrativo de profesión, su historia es calcada a la de tantos otros. «Mi familia, casi toda, invirtió porque parecía un negocio seguro. Teníamos unos pequeños ahorros, yo unos 60.000 euros, y los invertimos pensando en la solvencia acreditada de la empresa, en los premios que había recibido... en fin, en lo que ya todo el mundo sabe. Luego pasó lo que pasó y los más jóvenes seguimos luchando mientras muchos mayores se daban por vencidos al ver, como mi madre, que habían perdido el colchón de su jubilación. Y otros, como Carmelo, se han quedado por el camino. Mira lo que le ha pasado a Lalo García. Su muerte ha recordado la de quienes se vieron, como él, superados por la situación». Lo dice cuando Valladolid acaba de despedir al exjugador de baloncesto, cuya vida se torció el día en que empezó a trabajar como gestor y captador de clientes de la empresa Fórum Filatélico, para luego ver cómo se desvanecía su dinero y el de aquellos a los que quería.
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