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Tambores de guerra en la Maestranza

Después de catorce años retirado, a Espartaco le pidieron que abriera la feria de Sevilla. Morante,El Juli, Perera y Talavante se negaron. Toreros y empresa libran en la sombra un pulso titánico que podría cambiar los complejos equilibros de la tauromaquia

francisco apaolaza

Miércoles, 8 de abril 2015, 00:40

El atardecer se dibujaba contra el pelo gris de Juan AntonioRuiz Espartaco. Salía a hombros al epicentro de la primavera, con el aire suave del ... río y ese olor a azahar, con la cera de la Semana Santa aún caliente en Domingo de Resurrección.Sevilla era el escenario imposible para una guerra. Nadie diría que allí algo pudiera moverse un milímetro fuera de la armonía. Pero alrededor de la plaza de toros de la Real Maestranza de Caballería, esa elipse a la que Juncal saludaba a diario con un «Buenos días, sultana», hay montada una batalla a brazo partido entre toreros, apoderados y empresa que podría cambiar el esquema de la fiesta de los toros en adelante. El pulso es salvaje.

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