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La talla fue hallada por un labrador en 1630. ::
El enigma de la Virgen del Cristal

El enigma de la Virgen del Cristal

Desaparece en Galicia la talla mariana más pequeña del mundo tras el asesinato a golpes del cura que la custodiaba

borja olaizola

Miércoles, 18 de marzo 2015, 01:43

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Un cura de 77 años asesinado a golpes, la talla de la Virgen más venerada de la comarca desaparecida y una aldea rural aturdida y desbordada por los acontecimientos. A los vecinos de Vilanova dos Infantes, una coqueta población de aire medieval situada a una veintena de kilómetros de Ourense, no les va a resultar fácil olvidar la última semana. El párroco, Adolfo Enríquez Méndez, conocía personalmente a todos y cada uno de los 260 habitantes de la pedanía, perteneciente al término municipal de Celanova. No es extraño si se tiene en cuenta que llevaba nada menos que 46 años destinado en la misma parroquia y que además era un hombre generoso y entregado al prójimo. «Demasiado bueno para este mundo», mascullaba uno de sus feligreses en el entierro que se celebró el pasado viernes.

El cadáver del cura fue hallado en el pajar de la casa rectoral de Vilanova por uno de sus hermanos. Estaba boca abajo, con sangre en la boca y un golpe en la cara. El párroco vivía con la única compañía de un perro que fue hallado encerrado bajo llave en la casa. Todas las dependencias estaban en completo desorden, lo que alimentó desde el principio la hipótesis del robo como principal móvil del asesinato. Lo que aún no se ha llegado a averiguar con exactitud es el botín que se llevaron. Después de 46 años gestionando por su cuenta el patrimonio de la parroquia, será difícil determinar los objetos de valor que estaban bajo la custodia del sacerdote.

De momento lo primero que se ha echado en falta es la Virgen del Cristal, conocida en gallego como Virxe do Cristal, una talla muy popular en la comarca que pasa por ser la imagen mariana más pequeña (cinco centímetros) que se conoce. La Virgen está encerrada en una minúscula cápsula de vidrio como si se tratase de una réplica a pequeña escala de uno de esos pisapapeles de cristal que se veían en las oficinas antiguas. Data del siglo XVII y adquirió gran proyección popular gracias a un poema del mismo nombre que fue escrito en 1880 por Manuel Curros Enríquez (nacido en Celanova y junto con Rosalía de Castro, el gran referente de las letras gallegas de finales del XIX) y que narraba el amor frustrado entre dos jóvenes.

La devoción que suscitaba la Virgen fue creciendo hasta el punto de que los vecinos construyeron una capilla en su nombre junto a la parroquia de Vilanova. La talla es venerada en toda la comarca. En su festividad, que se conmemora el 15 de septiembre, es paseada en procesión en una ceremonia que culmina con una misa al aire libre a las puertas de la capilla. El pequeño tamaño de la imagen, que con el catafalco de metal que la adorna no abulta más que un paquete de tabaco, hace que sea extremadamente fácil trasladarla de un lado a otro.

Escaso valor artístico

Según los testimonios recabados por los investigadores, la talla solo ocupaba su lugar en la iglesia cuando se celebraba alguna ceremonia religiosa. El párroco solía llevarla encima el resto del tiempo como medida de seguridad aunque a veces también la dejaba en un mueble de la casa rectoral envuelta en la funda de una cámara de fotos. Todas las pesquisas para su localización no han dado hasta ahora resultado, así que la conclusión más lógica es que los delincuentes se la llevaron.

Lo que los investigadores no tienen muy claro es si los autores del crimen tenían conciencia del escaso valor material de la talla. El delegado de Patrimonio de la Diócesis de Ourense, Miguel Ángel González, reconocía en declaraciones al Faro de Vigo que su valoración como obra artística es testimonial. «No es una obra de arte de primer orden, pero tiene un gran valor emocional e histórico». Una pieza tan señalada, además, sería difícil de vender. La tesis que barajan los responsables de la investigación es que entre los objetos que había en la casa rectoral se encontraban piezas de mayor valor y más fácil salida al mercado negro, léase cálices o documentos.

El párroco asesinado fue enterrado el viernes tras un funeral presidido por el obispo de Ourense. La ceremonia fue seguida por vecinos venidos de todas las poblaciones de la comarca, quen se mostraban incapaces de explicarse lo ocurrido.

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