Edición

Borrar
Los argelinos celebran su gol contra Rusia.
Akinfeev resucita a Argelia y entierra a Rusia
Primera Fase

Akinfeev resucita a Argelia y entierra a Rusia

Los africanos se clasifican por primera vez en su historia para octavos al aprovecharse de una acción a balón parado y de una cantada del portero, que también falló en el estreno de la selección de Capello.

Amador Gómez

Jueves, 26 de junio 2014, 00:03

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Un gravísimo error de Akinfeev tras un saque de falta rematado de cabeza por Slimani resucitó a Argelia, enterró a Rusia y llevó a los africanos, por primera vez en su historia, a los octavos de final del Mundial, para encontrarse con Alemania en un duelo a priori muy desequilibrado a favor de los germanos. Sin embargo, ocurra lo que ocurra el lunes en Porto Alegre, Argelia disfruta ya de una fiesta inesperada, destrozada para los rusos a la hora de partido, cuando los magrebíes se aprovecharon de una acción a balón parado y de una salida en falso del portero de la decepcionante selección dirigida por Fabio Capello. De haber estado muy cerca de ampliar su victoria al comienzo de la segunda parte, lo que impidió Mbolhi, volvió a estrellarse Akinfeev y los rusos se despidieron con amargura del Mundial empujados por un fallo clamoroso de su guardameta.

Al igual que le ocurrió en el primer partido en Brasil en el primer empate ante Corea del Sur, una cantada de Akinfeev frente a Argelia hundió de forma definitiva a Rusia, cuando los exsoviéticos tenían el triunfo en sus manos y habían disfrutado de una primera parte y un inicio de la segunda bastante cómodas. Sin embargo, a los rusos del orden y el contragolpe les faltó capacidad de reacción y les sobró que Akinfeev saliese a por uvas, para firmar una dolorosísima eliminación. Gracias al cabezazo del 'gigante' Slimani, los argelinos, a los que les bastaba con un empate, pudieron mantener la segunda plaza de grupo y expulsar de Brasil a un irregular equipo ruso al que sólo le valía la victoria en un duelo directo por la supervivencia de ambos y que desapareció con el 1-1.

Aunque los argelinos, golpeados por un tempranero y genial cabezazo de Kokorin, estuvieron demasiado timoratos arriba y no supieron transformar en claras ocasiones el dominio que ejercieron -porque se lo permitieron los rusos- durante el período inicial, se encontraron con un regalo inesperado de Akinfeev, que ha hecho perder nada menos que cuatro puntos a Rusia. Dos más, los que tuvo garantizados hasta la igualada, hubieran permitido la continuidad de su país. Tras ese empate que transformó en alegría lo que era decaimiento argelino, a los de Capello, sin alegría arriba y sin ideas, cuando tantísimo habían prometido por las bandas, ya les fue imposible superar la muralla de un rival muy sacrificado que, a base de fe, entusiasmo y, una gran ayuda del meta contrario, ha firmado un hito en Brasil.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios