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seferovic celebra el tanto del triunfo.
Seferovic remata a Ecuador
Primera Fase

Seferovic remata a Ecuador

Hitzfeld dio entrada tras el descanso a Mehmedi y al realista, que anotaron los goles que permitieron las remontada de Suiza en el descuento

Luismi Cámara

Domingo, 15 de junio 2014, 00:30

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Suiza y Ecuador abrían el Grupo E del Mundial de Brasil en un duelo que sabía a final para ambos. Con Francia como favorita en esta fase y Honduras ejerciendo de cenicienta, quedaba claro que el derrotado tenía muchas posibilidades de despedirse del torneo a las primeras de cambio. Ganar era muy importante, pero no perder era vital.

Suiza 2 Ecuador 1

  • Suiza Benaglio; Lichtsteiner, Von Bergen, Djourou, Ricardo Rodriguez, Stocker (Mehmedi, min.46), Xhaqa, Shaqiri, Inler, Behrami, y Drmic (Seferovic, min.75).

  • Ecuador Domínguez; Ayoví, Guagua, Erazo, Paredes, Gruezo, Noboa, Antonio Valencia y Jefferson Montero (Joao Rojas, min.77), Enner Valencia y Felipe Caicedo (Michael Arroyo, min.70)

  • Goles 1-0

  • Árbitro Ravshan Irmatov (Uzbekistán). Mostró tarjeta amarilla a Paredes y Djourou.

  • Incidencias Partido de la primera jornada del Grupo E del Mundial, disputado en el estadio Nacional Mané Garrincha de Brasilia, ante unos 68.000 espectadores.

Con este escenario inicial, había que tomar decisiones. ¿Era mejor ir a por los tres puntos o asegurar un empate que mantuviera las opciones de pasar ronda?

Tras un primer cuarto de hora de atasco total, los helvéticos apostaron por el triunfo, mientras que la Tricolor optó por aguantar atrás y confiar en la velocidad de Antonio Valencia y Jefferson Montero para que volaran por sus bandas y pillaran por sorpresa a los de Ottmar Hitzfeld.

Pero Ecuador no sacó rédito a sus flechas, sino que se encontró con un gol de la forma que menos esperaba. Si Reinaldo Rueda avisaba de que las posibilidades de su equipo pasaban por frenar el juego aéreo del adversario y por evitar acciones a balón parado, fue precisamente con un remate de cabeza tras una falta lateral como Enner Valencia adelantó a su selección ante una pasiva defensa y un errático Benaglio.

El gol fue el aviso que Suiza necesitaba para darse cuenta que debía despertar si no quería quedarse fuera del campeonato sin apenas haber debutado. De la mano de Xherdan Shaqiri comenzó a asumir el mando del partido y a generar ocasiones frente a un rival conservador pero compacto. El Messi de los Alpes es un jugador que destaca a la fuerza. Concentra en un pequeño pero hipermusculado frasco grandes dosis de talento, velocidad, ingenio y capacidad de improvisación. Como dice su entrenador en el Bayern, Pep Guardiola, con él sobre el campo siempre pasa algo. Pero, esta vez, la pequeña estrella no conseguía que acontecieran tantas cosas como para que su equipo lograra un resultado favorable. Como Shaq no era capaz de hacer magia, fue Hitzfeld el que decidió mirar dentro de su chistera y sacarse dos cartas que tenía escondidas.

No es precisamente el técnico alemán un tipo que confíe en el azar, pero es sabio y viejo como el diablo. El seleccionador helvético está, a sus 65 años, apurando los últimos tragos de una brillante carrera que incluye dos Ligas de Campeones y se ha visto en situaciones comprometidas mil veces. La vivida en el estadio Mané Garrincha de Brasilia era una más.

En el descanso, decidió dar entrada a Mehmedi por Stocker. Nada más comenzar la segunda mitad, el punta del Friburgo le recompensó con el tanto del empate. Ricardo Rodríguez sacó un corner y el joven jugador de 23 años marcó en un remate que recordó al tanto ecuatoriano. El partido entonces se igualó, con la Tri protegiéndose atrás frente a los arranques suizos e intentando imponer su mejor físico.

A falta de un cuarto de hora para el final Hitzfeld cambió cromos en la delantera y sacó a Drmic para dar entrada a Seferovic.

No hizo mucho el realista en el tiempo del que dispuso. Sin embargo, resolvió la única ocasión que tuvo. Un golpe le bastó para noquear a su contrincante. Ecuador pudo marcar en una buena jugada que se acabó perdiendo sin remate alguno cuando el árbitro ya empezaba a descontar segundos sobre el tiempo añadido. Suiza se lanzó a campo abierto y, de nuevo, un centro de Ricardo Rodríguez buscó al compañero ideal. Seferovic entró en el área ecuatoriana con convicción y golpeó con violencia el balón que le había regalado su compañero para dar el triunfo a una Suiza que mereció más que Ecuador y que buscó la recompensa hasta el último tiro. Ese tiro que le acerca a los octavos de final.

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