Los talleres siguen viendo a los ADAS como un reto
Juan Roig Valor
Viernes, 26 de septiembre 2025
Los Sistemas de Asistencia a la Conducción (ADAS) se consolidan como una pieza esencial en la evolución del automóvil hacia el futuro, tanto por su ... capacidad de reducir la siniestralidad como por el valor añadido que aportan a las marcas.
Sin embargo, su reparación y mantenimiento siguen siendo un reto para los talleres, que identifican la necesidad de mayor formación y de afrontar importantes inversiones en equipamiento. Así se desprende del estudio «El rol de los sistemas ADAS en la reparación de vehículos», enmarcado en el Proyecto VIDAS, una iniciativa conjunta de Bosch y la Fundación Española para la Seguridad Vial (Fesvial).
El informe, elaborado a partir de encuestas a más de 130 talleres de toda España, confirma el consenso sobre la relevancia de estos sistemas. El 89,4% de los profesionales cree que ayudan a reducir los accidentes de tráfico, mientras que ocho de cada diez los consideran un paso clave hacia el coche del futuro. Además, el 87% opina que cuantos más ADAS equipe un vehículo, menor será la siniestralidad.
Entre los beneficios percibidos, los talleres señalan que contribuyen a reducir malas conductas al volante (77%), agilizan los desplazamientos (72%) y aportan prestigio a la marca (69%). Sin embargo, se muestran más cautos en cuanto a su impacto medioambiental, ya que solo el 42% vincula los ADAS con una mejora de la eficiencia energética.
El estudio también recoge algunas críticas. Un 74% de los encuestados cree que estos sistemas encarecen el precio y el mantenimiento de los vehículos, y casi la mitad asegura que muchos conductores optan por desactivarlos porque los perciben como molestos. Asimismo, el 39% teme que puedan generar averías frecuentes, aunque otro 33% lo descarta.
La implantación de los ADAS está transformando la actividad de los talleres de electrónica del automóvil. Ocho de cada diez profesionales reconocen que estas tecnologías obligan a un reciclaje técnico, y un 58% las identifica como una oportunidad de negocio. Pese a ello, el nivel de preparación es desigual: mientras que el 58% afirma estar listo para reparar estos sistemas, un 26% admite que necesita más formación y un 16% reconoce no estar aún preparado.
Las principales barreras son el coste de los equipos de calibración —citado por el 75% de los encuestados—, la falta de formación específica (53%) y los problemas en la cadena de suministro de piezas (49%). También pesa la incertidumbre sobre la amortización de las inversiones, en un contexto en el que la facturación vinculada a ADAS es todavía reducida: dos de cada tres talleres consideran que hoy su peso en el negocio es bajo.
Entre las intervenciones más habituales se encuentra la recalibración de sensores, presente en el 78% de los talleres mejor preparados. También destacan la reparación de radares (49%), cámaras de vídeo (32,5%) y unidades de control electrónico (18%). A tres años vista, el 41,6% de los encuestados prevé que la reparación de ADAS representará un volumen considerable de su facturación.
En términos de conocimiento, los talleres se autocalifican con una nota media de 8,1 sobre 10, aunque los autores del estudio advierten de cierta sobrestimación. La mayoría ha recibido formación a través de cursos (54,5%) o documentación de proveedores (42%), mientras que un 38% se ha formado de manera autodidacta. La conclusión es clara: el 83% de los talleres cree necesario seguir formándose, con preferencia por materiales audiovisuales de fabricantes y cursos especializados.
Durante la presentación del informe se celebró una mesa de debate en la que se subrayó la importancia de la colaboración público-privada para responder a los desafíos de la formación y la inversión.
Vicente de las Heras, director de Ventas de Equipamiento de Taller de Bosch para España y Portugal, destacó que «la reparación de los sistemas ADAS es un tema de máxima seguridad para los ocupantes del vehículo y, por tanto, deben repararse con todas las garantías».
Ana Ávila, directora corporativa de Conepa, recordó que «el taller es garante de la seguridad vial y el usuario debe confiar en que cada reparación se lleva a cabo con el mayor compromiso». Por su parte, Pilar Gómez, directora del Instituto Nacional de Cualificaciones, defendió la necesidad de «establecer estándares de competencias profesionales que permitan una formación flexible en colaboración con el sector productivo».
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