¿Un bus o un invernadero móvil? La ingeniosa propuesta para luchar contra la contaminación en las grandes ciudades

Para paliarlo muchos están transformando la vía pública con muchos más carriles bici, reducción drástica de carriles para el tráfico rodado y también incorporando un parque público de vehículos municipales, desde los usados por las brigadas de limpieza o jardinería y hasta los transportes públicos, que sea eléctrico.

Ahora, un artista multidisciplinar afincado en Madrid ha querido ir más allá y ha planteado una propuesta todavía mucho más 'eco'. Emilio Alarcón ha presentado el proyecto 'Greenhouse Buses', con el que pretende transformar la movilidad interurbana con unos curiosos autobuses que ayudan a combatir el calentamiento global y la falta de espacios verdes en las ciudades.

Alarcón ha ideado autobuses que además de su función habitual se convierten en «invernaderos móviles«, como él mismo explica en su página web. Su idea pasa por aprovechar el espacio disponible en los autobuses para cultivar plantas, arbustos y pequeños árboles, convirtiéndolos en »un oasis itinerante« en medio de las ciudades.

Estos buses podrían contribuir, según defiende el artista, a reducir el impacto ambiental, ya que su vegetación ayudaría a absorber el dióxido de carbono y mejorar así la calidad del aire. Entre sus beneficios también está la sensación de naturalidad y paz que transmitiría a los usuarios en sus trayectos.

Según defiende Alarcón, al tratarse de una estructura cerrada, un autobús es ideal para crear un ambiente controlado similar a un invernadero. Además, gracias a burbujas transparentes o translúcidas elaboradas con materiales como vidrio, EFTE (etileno teflón) o policarbonato la luz solar puede llegar a penetrar, lo que puede permitir que las plantas realicen sin problemas la fotosíntesis.

El proyecto, que acompaña con vistosas imágenes realizadas con la inteligencia artificial de Midjourney, contempla aspectos técnicos, como el hecho de que el vehículo necesita tener un sistema de ventilación adecuado para que el ambiente se puedan regular. Un exceso de calor o de humedad podrían afectar negativamente al crecimiento de las plantas. Alarcón también considera cruciales sistemas de anclaje para que las plantas estén asentadas y no se muevan o vibren más de la cuenta.

Alarcón ha pensado también el cultivo dentro de estos peculiares buses: se podría usar la hidroponía, con la que las plantas se cultivan usando soluciones nutritivas en lugar de los sustratos tradicionales, o contar con sustratos ligeros que minimicen el peso de las plantas en el bus. Los vehículos contarían con ventanas y aperturas superiores que permitirían una mayor circulación de aire.

Entre sus conclusiones finales también está el hecho de que su propuesta se puede adaptar a buses gigantes de dos pisos o a minibuses. Requeriría, eso sí, del mantenimiento periódico por parte de jardineros profesionales que se encargaran del riego y del control de enfermedades y plagas.