La Euro 7 que propone la UE quiere que los turismos reduzcan un 35% las emisiones actuales

Tras prácticamente un año de retraso, en el cual se barajaba la posibilidad de pedir límites tan estrictos que la asociación europea de fabricantes de automóviles (Acea) llegó a afirmar que eran «técnicamente imposibles», la próxima regulación endurece menos de lo previsto sus límites e introduciría novedades a cumplir en comparación con la Euro 6d vigente.

La Euro 7 entraría en vigor, como pronto, en 2025. En su formato actual –que es difícil que perdure, pues aún tiene que pasar por el Parlamento y Consejo–, pretende que, para 2035, los turismos hayan reducido en un 35% las emisiones actuales de óxidos de nitrógeno (NOx), pasando de 0,08 gramos por kilómetro para motores diésel a 0,05 gramos.

Para los vehículos industriales, comerciales y autobuses, la reducción será del 56%, pasando de 0,46 gramos a 0,30 gramos de NOx por kilómetro. Según los cálculos de Bruselas, el transporte es responsable de un 39% de este tipo de contaminación en la Unión Europea.

En lo que respecta a las partículas en suspensión, las más nocivas para el tracto respiratorio humano y para la contaminación local, estas deberán ser un 13% menores para turismos y un 39% para vehículos pesados.

Además, la Comisión ha introducido medidas que no estaban contempladas por las versiones anteriores de la normativa Euro. Algunos ejemplos son limitar las partículas emitidas por frenos y neumáticos; regular nuevos tipos de contaminantes, como el amoniaco, o realizar las pruebas de conducción con condiciones más amplias, ya sea en temperatura o altitud.

La vigilancia se endurecerá también. Cada vehículo tendrá que cumplir con sus límites de emisiones durante al menos 10 años y 200.000 kilómetros –lo que la Comisión plantea como la vida útil de un vehículo, el doble de lo que planteaba la Euro 6–, y el control se hará de forma digital a través del ordenador de a bordo.

El Ejecutivo comunitario espera que un 20% de los vehículos ligeros y un 50% de los pesados que circulen en las carreteras europeas todavía emitan sustancias contaminantes a través del tubo de escape hasta 2050, año en el que Europa se ha fijado pasar a la descarbonización completa de su economía.

Por lo tanto, afirman que la Euro 7 no ha sido tan dura como podría haberlo sido, dado que se ha escrito tomando en consideración la prohibición de la venta de coches térmicos en 2035. Por primera vez, establecen límites para eléctricos, ya sean a través de partículas de freno y ruedas o de requisitos de durabilidad para las baterías.

Según la Comisión «esta reducción en agentes contaminantes se debe alcanzar con las tecnologías existentes» y estiman que, aunque se encarecerá el precio de vehículos, este solo aumentará entre 90 y 150 euros para turismos y en unos 2.600 para los pesados.

El vicepresidente ejecutivo del Pacto Verde Europeo, Frans Timmermans, afirmó que «la nueva normativa Euro 7, junto con las próximas limitaciones de CO2 para camiones y autobuses, generará el marco necesario para alcanzar la descarbonización del transporte en carretera».