La UGR entrega su medalla de oro a Pilar Aranda

Pilar Aranda dejó una impronta importante en la comunidad universitaria granadina, en Granada en su conjunto y en las universidades públicas andaluzas. En lugar preferente estaban, este viernes, los anteriores rectores de la UGR, Pascual Rivas, Lorenzo Morillas y Francisco González Lodeiro. Hubo, además, representantes de las administraciones y agentes sociales.

La medalla de oro, la más alta distinción, fue recibida por Aranda con un «honor inmenso». En el plano personal esta distinción refuerza su compromiso institucional. «Me siento una persona que pertenece a esta Universidad desde hace cincuenta años, se cumplen el próximo año; y eso me reafirma que es lo que sé hacer, no sé hacer otra cosa y tampoco quiero hacer otra cosa. La docencia, la investigación y la gestión ha sido mi vida profesional», ensalzó.

Fue la primera mujer que asumió el bastón de mando en los casi quinientos años de la UGR (se cumplen en 2031). Después de casi un año de que Mercado tomara el mando, Aranda ve la UGR «muy bien, magnífica, está en las mejores manos posibles». Y, tuvo palabras de reconocimiento para el rector Mercado, que «tiene todos los valores; tiene el conocimiento, tiene la fuerza y la fortaleza como para dejar su impronta en esta Universidad. Estoy convencida que va a conseguir eso que anhelamos siempre, que es que la UGR tenga el liderazgo social que le corresponde en Granada y en Andalucía».

Por su parte, Pedro Mercado, elogió los valores y el compromiso de una persona como Pilar Aranda «absolutamente universitaria» y de referencia de la Universidad granadina. Valoró que dejó «un legado de transformación para la institución, que es impagable». Reivindicó que «la medalla de oro hace justicia a ese legado que Pilar Aranda ha dejado en la Universidad de Granada».

Dijo de Aranda que afianzó «una base muy sólida para todos los que seguimos en la brecha de la gestión. No solo es la valía del legado de transformación que deja en la Universidad, sino sus valores personales y su compromiso. Su forma de hacer las cosas, cercana, pendiente de la problemática de la comunidad universitaria y con un absoluto compromiso con la UGR, con la universidad pública, con la universidad española. Es una universitaria con mayúsculas y sobre todo una persona de una valía ciudadana muy importante». Quiso el rector destacar la aportación de Aranda a la sociedad y los proyectos que impulsó como rectora para el desarrollo de Granada.

La rectora de la UGR desde 2015 a 2023 compartió el reconocimiento con los equipos de gobierno que la acompañaron y que «hemos cumplido con un programa de universidad de las personas». También lo hizo con los decanos y directores de centro así como con toda la comunidad universitaria, que «entendió bien esa Universidad con alma, esa universidad ligada a su territorio, pero con un componente internacional muy potente donde por encima de los valores científicos y tecnológicos están los valores humanísticos. Eso es seña de identidad». Y no se olvidó de los agentes sociales y económicos ya que «entre todos hemos trasladado el mensaje de la importancia del conocimiento como transformación».

Concluyó que era importante recibir la medalla con la presencia de rectores anteriores, que la acompañaron en el acto, que «nos han dejado un legado extraordinario. Creo que entre todos hemos podido cumplir lo que el rector Lodeiro (fue su antecesor) nos dijo de que dejáramos una Universidad mejor que la que nos encontramos. Lo que le tengo que decir al rector Mercado, porque en su momento no se lo pude decir».

También tomaron la palabra, por los reconocimientos al personal jubilado. María José Ariza Rubio (PAS) y Josefa María González Pérez, por el profesorado. Y, por las medallas de plata de los veinticinco años Purificación Leyva García (PAS) y Francisco José Sánchez Montalbán, profesorado.