«El techo de cristal para las mujeres aún no está roto»
La máxima mandataria de la Universidad habla sobre su futuro, los candidatos a sucederle y el papel de la institución en Granada
Andrea G. Parra
Granada
Viernes, 16 de septiembre 2022, 00:42
Pilar Aranda, rectora de la Universidad de Granada (UGR), trasciende los muros universitarios y granadinos. Tiene voz en los círculos universitarios del país. Y en ... Granada la Universidad y ella están en lo que pasa. Es la primera mujer que ocupó en 2015 el sillón de máxima mandataria de la UGR. Este comienzo de curso de 2022-2023 repasa lo que hay que hacer aún. Es su último año académico en el cargo, pero no será de mero tránsito. En esta entrevista repasa algunas cuestiones y detalla dónde irá.
–Cuando deje el Rectorado, ¿asumirá algún cargo político?
–Me voy a mi departamento. A mí me gusta la Universidad. Me gusta mi trabajo de investigadora y docente. He ocupado puestos distintos y nunca he querido dejar la docencia ni la investigación. Por supuesto que colaboraré con movimientos ciudadanos, asociaciones y ONG, pero ya desde un tercer nivel.
–¿Qué destacaría de Pedro Mercado, candidato a sucederle?
–Su experiencia de gestión y su conocimiento de la Universidad. Antes de estar en este equipo de gobierno fue vicesecretario del equipo del profesor Aguilar en una época donde había que elaborar estatutos, conoce la legislación muy bien. Y, tiene el conocimiento de la Universidad del día a día, ha coordinado todo el plan estratégico. En lo personal, es una persona cercana, con empatía, sencilla y clara.
–¿Y de Pedro García, el otro aspirante que se conoce?
–Tiene su experiencia de gestión, fue decano de la Facultad de Relaciones Laborales y ahora como director del departamento de Estadística, que tiene sede en muchos centros. Es una persona también cercana y afable que se presta al consenso y al trabajo.
–¿Le gustaría que hubiera una mujer?
–Me gusta que se discuta, se valore y se hable, y me gustaría. He sido la primera mujer rectora de la Universidad y creo que la pluralidad y la igualdad siempre son buenas en todos los procesos.
–¿Usted lo ha tenido más complicado por ser la primera mujer en el cargo?
–Para alguna cosas, sí, para otras quizá he tenido cierta facilitad.
–¿Por ejemplo?
–Más facilidad en la cercanía y la empatía con las personas. También por mi carácter más extrovertido establezco relación pronto y puedo descender desde un plano institucional a un plano personal. Es complicado. El rol de hombre y mujer en la sociedad se reproduce en la institución universitaria. Y se reproduce en reuniones de rectores. Mi propia experiencia en la ejecutiva de la CRUE, en la comisión permanente del consejo de universidades ya menos porque llevo más años. Tú expones una idea a continuación viene un hombre y expone la misma idea y el tercero, que es un hombre, hace referencia al anterior y no a la mujer que lo ha expuesto primero. Esto lo he hablado con consejeras, con ministras y con directoras de todo tipo y empresarias y ellas mismas lo dicen. Es un tema de educación, que tenemos que seguir trabajando mucho. A mí cuando me dicen que he roto el techo de cristal les digo que el techo de cristal no está todavía roto. Hemos avanzado mucho, pero todavía queda.
–¿Cuál ha sido la resolución más dura que ha tenido que firmar durante sus años de gobierno?
–Lo más duro fue la pandemia. Un día muy duro fue el que se tomó la decisión de cerrar la Universidad de Granada. Muy duro también, en otro plano, tener que ver como malas praxis y malas conductas de supuestos acoso sexual supone un movimiento tremendo de denuncia. Una tristeza. Me dicen que Granada tiene muchos casos y yo les digo que Granada tiene un protocolo y se denuncia. El día que me enviaron, no estaba yo, de un acto contra la violencia de género la actuación poco académica de grupos frente a las personas que había también fue duro. Lo que pasa es que las cosas duras se me van olvidando. Cuando me han comunicado el fallecimiento de estudiantes ha sido muy difícil también.
Universidad y ciudad
–¿Ha cambiado su percepción de cómo Granada valora su Universidad?
–Sí, ha cambiado. Son siete años y cambian las pautas, las conductas y las relaciones. Es cierto que también hemos puesto en marcha proyectos muy ligados a la ciudad.
–¿Necesita Granada políticos y empresarios que levanten la voz?
–Creo que los que hay se implican; lo que pasa es que a veces las personas con puestos de responsabilidad no comunicamos bien lo que se hace. Tenemos que ser más reivindicativos. Todos, empezando por mí. Las capacidades de esta provincia son muy altas y de hecho cuando nos hemos puesto de acuerdo en proyectos, salen. Tenemos que ser reivindicativos.
–¿Por qué no hay respuestas por parte de las administraciones cuando se dan ultimátum por parte de empresarios y colectivos sociales?
–Porque el día a día creo que lleva a que a veces no diferenciemos lo que es importante de lo que es urgente. Eso nos lleva a veces a atender otras cosas que creemos que son urgentes, perdiendo la perspectiva de la importancia. Nos faltan a veces las luces largas. También hemos sido una provincia muy abandonada.
–¿Se valora y reconoce la UGRdesde la Junta de Andalucía?
–Espero que sí. Percibo que van cambiando las ideas. Con los dos presidentes de la Junta que he desarrollado mi trabajo, tanto con Susana Díaz como con Juanma Moreno, hay mucha cercanía, implicación y reconocimiento de lo que representa la Universidad de Granada. También hay que tener en cuenta que somos una institución donde estamos por encima del 6%del PIB y más del 7%del empleo. Me niego a estar siempre pensando en Sevilla y en Málaga, en lo que nos quitan y nos dan. Todas las provincias andaluzas tienen sus fortalezas. Me da mucha alegría cuando veo éxitos de Jaén, Almería y demás provincias. Hemos conseguido estar en el mapa de Europa, España y Andalucía.
Infraestructuras
–Ha apuntado a una ordenación en Rector López Argüeta ¿Mantendrán a Relaciones Laborales y Trabajo Social en ese entorno?
–Debo decir que el decano de Relaciones Laborales actual es el que me ha traído unas propuestas para ver las posibilidades de reordenación, por supuesto, incrementando espacio. Lo primero que necesita López Argüeta es ampliar esas aceras. Entiendo que hay un problema de regulación de la movilidad. Hay que hacer una reordenación urbanística. Y nosotros con los edificios que tenemos, contando con la comisaría de Duquesa y lo que hay, esa zona de campus Centro quedaría muy bien.
–¿Qué pasará con el antiguo San Cecilio?
–El antiguo San Cecilio estamos con reuniones porque la Universidad defiende que la titularidad es de ella y Salud defiende que de ella. Es un aspecto legal. Estamos llegando a acuerdos para usos compartidos de espacio. Me parece que esa es la manera en la que tenemos que trabajar.
–¿Cómo está ahora mismo la situación?
–Los aspectos legales van por un lado; y por otra parte hay una comisión que trabaja en el reparto de espacios en cuanto a las necesidades que tenemos cada uno.
–¿Qué propone la UGR para llevar a esas instalaciones?
–Sería un espacio que se podría ver para ampliar campus Centro, también para grupos de investigación, para ampliar espacios expositivos, en fin, ver las necesidades.
Comedores
–¿Ha costado mucho, no solo dinero, sino también esfuerzo, mantener los comedores universitarios? ¿Hay peligro de que desaparezcan?
–Mientras que yo esté no corren peligro. Han sido momentos muy duros en una negociación con la Junta de Andalucía y los rectores andaluces; tener un servicio que supone 5 millones de euros supone una discusión. También el tema de limpieza ha sido muy duro con mis compañeros. Nadie, nadie, ninguna universidad española tiene personal propio de comedores y de limpieza. Somos la única Universidad. Estoy convencida que en esta Universidad el servicio de comedores va a continuar.
–¿El PTS debe ampliarse? ¿Hacia dónde?
–Sí, debe ampliarse. Claramente.
–¿Debe haber más autobuses a Cartuja?
–En los momentos en que son necesarios, atendiendo a los horarios y los calendarios. Y, en el periodo vacacional van pocos estudiantes, pero hay personal de administración y docentes que siguen yendo a Cartuja.
–¿Qué nuevos campus debe conectar el metro o facilitaran las conexiones?
–Me encantaría con Cartuja, pero voy a ser realista. Llevar el metro a Cartuja es una barbaridad. Y el metro que gustaría que pudiese llegar hasta la Azucarera.
–¿Debe construir Granada nuevos colegios mayores y residencias públicas?
–Creo que no. Defiendo también que somos una ciudad en la que generamos riqueza para todos y hay una serie de residencias y colegios mayores de titularidad privada que deben seguir existiendo y que dan un servicio extraordinario a la Universidad.
–¿Hay que poner un tope a los precios de los pisos de alquiler de estudiantes?
–A mí lo que me gustaría es que los pisos estuviesen en condiciones extraordinarias de habitabilidad. Y, en función de eso se marcase el precio que deben tener. Es cierto que nosotros estamos bien porque hay una oferta grande. Pero dicho esto creo que deben ajustarse (los precios) a las condiciones de habitabilidad que tienen. Si las condiciones son las que son hay que rebajar los precios. No olvidemos que representamos ese más del seis del PIB y para mantener eso debe haber una oferta satisfactoria.
–¿Un cambio imprescindible en el modelo económico?
–Una apuesta por el conocimiento claramente.
–¿Qué edificio le hubiera gustado comprar a la UGR y no ha podido?
–(Ríe). Me encantaría La Merced. Hay un convento que nos han ofrecido que también. Defiendo que nuestra expansión tiene que pasar por los campus que vamos abriendo, pero me gusta el centro, la vida ciudadana, soy una defensora total del centro porque el centro es de todos y de todas.
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